La disputa postelectoral en el Estado de México y Coahuila ha marginado lo ocurrido en Veracruz.
Sí, dirán que en el primero fue una elección de Estado, que se rebasaron los topes de gastos de campaña y en el segundo un atraco. Pues ahí están las instancias para dirimirlo.
Dos elecciones que deberán recorrer ese sinuoso camino de la judicialización, de las quejas e impugnaciones y, por ende, la desconfianza de todo y de todos.
Lamentablemente ya es un hábito que en una elección, dos candidatos se declaren ganadores antes de que se pronuncie la autoridad de ornato electoral. Incipiente y vapuleada democracia.
Pero Veracruz no es menos importante, es la tercera entidad con mayor número de votantes. Después del Estado de México y de la Ciudad de México. Una mina para el 2018.
La nueva configuración del mapa electoral está pintada de azul y será clave en el proceso presidencial.
De las 212 alcaldías en juego, la coalición PAN-PRD se adjudicó 112. De manera que a partir del uno de enero gobernarán más de la mitad de los ayuntamientos. La mayoría para el PAN y otros para el PRD.
Sin embargo, perdieron la capital, Xalapa, y otras tantas importantes alcaldías. En Veracruz el hijo del Gobernador Miguel Ángel Yunes, Fernando Yunes, arrasó con el 54.2% de los votos. Así el PAN se mantiene como la primera fuerza política en el estado con más de un millón 50 mil votos.
La debacle del PRI en tierras veracruzanas comenzó el año pasado en la elección de gobernador, con el triunfo de la coalición PAN-PRD, luego de 86 años de dominio priista.
El pasado domingo, una vez más los electores castigaron al PRI. Difícil olvidar los hechos de: saqueo, corrupción, crimen, asesinato de periodistas, aumento de la pobreza y deuda.
Parece que agonizan, pero los priistas siguen vivos y como segunda fuerza política en el estado. Ganó 36 municipios, pero si tomamos en cuenta que actualmente gobierna en 93, entonces perdió 57. Así el tamaño de la derrota.
El caso de Morena es sui generis, fue su primera elección de ayuntamientos y ganó 17. Los pronósticos del partido de Andrés Manuel López Obrador eran ganar entre 70 y 100 presidencias municipales. No llegó ni a la quinta parte, pero se quedó con municipios con número abultado de electores y económicamente poderosos: Xalapa, Coatzacoalcos, Poza Rica, Minatitlán y Emiliano Zapata.
En 2016, en las elecciones para gobernador, MORENA obtuvo más de 800 mil votos, su candidato ganó en 46 municipios. Un año después, bajó la cosecha a 557 mil votos y 17 ayuntamientos, lo que lo mantiene como tercera fuerza política.
¿Influyó Eva Cadena y su bolsita de billetes? ¿Acaso es cierto el supuesto financiamiento de Javier Duarte a Morena? Ahí queda para el análisis.
El gobernador Miguel Ángel Yunes se cansó de hablar de una elección histórica, en la que por primera vez los veracruzanos votaron libremente, sin la intervención del gobernador.
Pero no dijo que hubo graves hechos de violencia durante el proceso electoral, incluso muertos y que los partidos de oposición lo acusan de operar a favor de los candidatos de la coalición PAN-PRD.
En el recuento de los daños, PAN-PRD, PRI-PVEM Y MORENA, unos más que otros, pero todos tienen algo que lamentar luego del 4 de junio.
Los que sin duda siguen de fiesta son Nueva Alianza por sus sorpresivos triunfos en 18 alcaldías, así como los tres independientes que ganaron en San Andrés Tuxtla, Coahuitlán y Tlacotalpan.