Sonia, reportera, sostiene en su mano la imagen de un feminicidio que es parte de los expedientes que investiga y que la conducen a un destino indescriptible.
De entre todas nosotras, quizá –tristemente— ninguna se salva de haber vivido o escuchado muy cerca una experiencia oscura relacionada con un “carnicero”, un “caníbal” o simplemente con alguien a quien llaman “hombre”.
Las huellas que dejan el odio y abuso hacia la mujer van desde las secuelas psicológicas hasta el asesinato. La geografía se miente a sí misma entre las cifras que surgen de distintos estados de la República.
No es un secreto que las raíces de nuestro país son cuerpos enterrados, ya sean de mujeres, estudiantes, servidores del crimen organizado, etc.
Y tanto arriba como debajo de esa tierra, parece resonar un solo eco: el del suspiro (emanado de la contracción de un pecho en vilo).
Así es la voz de Sonia, protagonista de la obra teatral “El asesino entre nosotros”.
La mirada de un victimario al acecho (pudo ser aquel chavo “ligador” y acomedido del antro, o el amable señor que la llevó de “raid”).
El espasmo de ese infierno que es la fosa común de las mujeres asesinadas en México, lo llevan a escena 15 actores con una coreografía sonora magistral, llena de sombras y una atmósfera que impacta directamente en la respiración.
La extranjera. Muerta. Ella “solamente quería un beso”.
Las violencias que nuestro cerebro deja de registrar en lo cotidiano: el hogar y las canciones populares.
Una sola palabra puede definir a esta obra teatral: Espasmo.
Desde la metáfora de la muerte, se vuelven a encontrar y reconocer éstas mujeres para dar mensajes invaluables a los espectadores.
Siluetas llenas de vida se vuelven sombras en el sendero de la injusticia, la corrupción y la censura.
La puesta teatral se presentará en La Teatrería (http://bit.ly/2mN6uCd)
Dramaturgia: Mauricio Jiménez
Dirección: Carlos Corona y Alan Uribe Villarruel
Ian Soriano. El estudio de la Comunicación y el periodismo (UNAM, FES Aragón) le revela su vocación literaria a la edad de 18 años. Es autor de los poemarios “Igual que los muros de naipes de un castillo sinfónico” y “Explotó todo el aroma de la sangre”. La fotografía y el video le representan otra forma de expresión poética. Convencido de que estar informado es algo valioso. *Foto: Carlos Romero Ibarra.