En total, los mexicanos le damos a los partidos políticos 4 mil 59 millones 213 mil 905 pesos.
Son tiempos de crisis. La hay en la política, en la economía y en las relaciones internacionales
(De la crisis provocada por la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y la caída de la economía por ese motivo y la necesidad del gobierno federal para recaudar fondos, nos vamos a ocupar después).
La crisis política en México es muy grave y ahí está el cimiento de todos nuestros males.
La clase política mexicana se distingue (con poquísimas excepciones) por dos características: la corrupción y por no representar a sus electores.
Los casos de los gobernadores acusados por defraudar a los ciudadanos de Veracruz, Quintana Roo, Chihuahua, Nuevo León y Sonora han sido un escándalo mayúsculo no sólo por los montos de dinero que desaparecieron, sino por el cinismo con el que el gobierno federal y el partido al que pertenecen –aunque los hayan expulsado–, el PRI, los ha encubierto.
La crisis económica provocada por el impacto internacional y el incremento a los combustibles, ha motivado a muchos actores políticos a proponer formas de suavizar el impacto en el bolsillo de los mexicanos.
Una de las propuestas que se han hecho para paliar esta crisis, es la de disminuir el financiamiento a los partidos políticos.
Este año, el Partido Acción Nacional ejercerá 782 millones 225 mil 377 pesos.
El PRI tiene una bolsa de mil 34 millones 468 mil 127 pesos.
El PRD suma en sus chequeras 468 millones 813 mil 881 pesos.
Morena tiene en su tesorería 392 millones 14 mil 854 pesos.
El Partido Verde, principal socio político del PRI, se embolsa 348 millones 163 mil 32 pesos.
Movimiento Ciudadano acumula 322 millones 731 mil 712 pesitos.
Nueva Alianza, que era de Elba Esther Gordillo, se sostiene con 249 millones 916 mil 127 pesos.
Encuentro Social tiene que gastarse 237 millones 108 mil 146 pesos.
El PT se lleva del erario 223 millones 772 mil 649 pesos.
En total, los mexicanos le damos a los partidos políticos 4 mil 59 millones 213 mil 905 pesos.
Ante el reclamo ciudadano de que siempre el que paga las crisis es el pueblo de México, el diputado independiente del Congreso de Jalisco, Pedro Kumamoto (quien por cierto ganó la elección con un gasto de campaña de 18 mil pesos) propone #SinVotoNoHayDinero.
¿En qué consiste la propuesta de este legislador? Simple: que cada voto obtenido por los partidos políticos se traduzca en financiamiento. Hoy, los partidos reciben 46 pesos por cada persona en el padrón electoral, sin importar si quien tiene una credencial para votar asistió a las urnas, por quién votó o si anuló el sufragio.
La propuesta de Kumamoto busca, primero obligar a los partidos a verdaderamente presentar candidatos con propuestas que animen a la ciudadanía a votar. La falta de representatividad de los legisladores federales y locales es la esencia de esta propuesta.
Así, dice Kumamoto, se acabaría con la práctica del amiguismo, el hueso y el chambismo que han practicado los partidos en las últimas décadas en detrimento de la democracia.
Es una propuesta sensata, lógica y pertinente ante la crisis política y económica que vivimos.
Por otro lado, está la propuesta del PAN que pide que se baje en 50% el financiamiento público a los partidos políticos. No está mal pero esa medida no contribuye a solucionar la crisis de representatividad que vive el país.
La propuesta populista del Partido Revolucionario Institucional pretende cortar la participación de minorías en el Congreso Federal.
El PRI quiere disminuir a 100 los diputados plurinominales y 64 senadores.
En el tricolor no impera el ánimo de solidarizarse con la sociedad por la crisis económica que, por cierto, es generada por la falta de pericia de sus gobiernos, sino es una estrategia para disminuir la presencia del resto de los partidos en la representación nacional.
Ante el rechazo y desprecio que tiene la ciudadanía por diputados y senadores, el PRI se va por la fácil y mata dos pájaros de un tiro: Simula ser sensible ante la crisis y “saca” de la jugada a sus adversarios políticos.
Hace unos meses, en la Asamblea General de la Naciones Unidas, Enrique Peña Nieto llamó a combatir a los populistas que tanto daño hacen a las democracias. Tenía razón, nada más que el papel populista lo juega su partido, del que es alto dirigente, el cual propone recortar curules y escaños para “ahorrar”.
Por eso la propuesta de Kumamoto es viable. Los partidos políticos sólo tendrán dinero si captan votos y los ciudadanos votaremos para tener quién nos represente.
A la propuesta de Kumamoto sólo añadiría una cosa. Cero financiamientos privados. Y menos hoy cuando México está en una crisis de seguridad y el Crimen Organizado pudiera convertirse en el gran financiador de políticos. Que los partidos políticos aprendan a vivir en austeridad, y que cada peso que tengan provenga del ejercicio democrático del voto.
Me sumo a #SinVotoNoHayDinero, al fin que una diputación se puede ganar con un financiamiento de 18 mil pesos.
