miércoles 15 mayo, 2024
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COLUMNA INVITADA ADOLFO LABORDE

«COLUMNISTA INVITADO»: Lección de China para México

Suzhou: entre el la opulencia y la planificación económica. Las lecciones económicas de China para México.

Hablaba con mi estimado amigo Elías sobre muchos temas, especialmente los relacionados con el desarrollo económico de China. La música de Jazz del bar del Bund ambientaba la charla. Él, desde su perspectiva empresarial, me ilustrada sobre los cambios repentinos que había experimentado China en los años recientes. Yo, desde mi óptica académica, trataba de complementar sus ideas.

 

“Deberías venir conmigo a Suzhou, es una pequeña muestra de lo que estamos platicando. Voy el jueves, por si te animas. Aprovecha esta semana de vacaciones para que veas con tus propios ojos una pequeña faceta del desarrollo de este país“. Acepté. El jueves partimos a medio día. Llegamos a la estación de trenes de Shanghái, esperamos unos minutos y abordamos el tren rápido que nos llevaría a la mencionada ciudad en tan sólo 17 minutos. La ciudad está a 100 kilométros de distancia, así que hay que imaginar la velocidad del tren: promedio de 285 km por hora.

 

Más tardé en acomodarme cuando ya teníamos que bajar. El primer día fue reunión con sus socios que le manufacturan sus productos. Parecería un día largo para los ojos de un occidental. No fue así ese día ni los siguientes. Los chinos, como los asiáticos, invierten mucho en su capital relacionista con sus clientes. La confianza así se gana. Luego vienen los frutos del negocio. Al siguiente día fuimos a ver lo que podría se una ciudad universitaria. Además de las universidades estatales, hay algunas donde existen alianzas estratégicas con universidades inglesas y canadienses. Una forma inteligente de atraer el capital intelectual y el conocimiento.

 

Luego de ello, fuimos a la fábrica del primer socio que visitamos. Rudy, un taiwanés, que al igual que otros de sus compatriotas llegaron en los años 90 a China, cuando comenzaba a gestarse el cambio, pero no se veían los frutos del desarrollo y crecimiento económico. Hoy en día, es el propietario de un próspero negocio que exporta sus productos a una infinidad de países, entre ellos México. “Impresionante lo que el emprendedor ha hecho en tan poco tiempo. Hace 10 años, teníamos el mismo nivel de negocio, hoy en día, es 10 veces más grande”.

 

Esto no es ningún secreto. Además de los apoyos gubernamentales con excepción de impuestos y créditos blandos, el secreto radica en la rapidez con que se adaptan a la dinámica de los mercados internacionales y a su capacidad de innovar. Esto lo comprobé el día siguiente cuando visitamos la fábrica de las máquinas de impresión que prácticamente venden a todo el mundo. 450 fueron vendidas el año pasado; es decir, construyen más de un equipo diariamente. Como se sabe, los bienes de capital; es decir, los que producen valor, han contribuido a que China haya pasado de una fase de vendedora de manufacturas básicas o intermedias o materias primas.

 

Ahora los Chinos a través de la mejora de los equipos y maquinaria adquiridos hace algunos años, los han mejorado mediante la inversión en tecnología y a través de la cooperación internacional con firmas globales, han logrado cambiar el paradigma de su desarrollo y ven a China con otros ojos, no como los de un país de menor envergadura. Es cierto que además de esto, hay otros factores que pueden influir en ello, como lo son las medidas desleales en materia de subvención o dumping que el gobierno chino introduce mediante apoyos a más empresas o sectores que quiere desarrollar o mediante el manejo del valor del yuan (hoy aceptado por el Fondo Monetario Internacional en su canasta de monedas); sin embargo, algo están haciendo para impulsar este sector que tan sólo en el caso de México, marca un superávit comercial chino de más de 64 mil millones de dólares.

 

En otras palabras, con este tipo de balanzas positivas que China tiene con una gran cantidad de naciones, el gobierno logra apuntalar los recursos a las áreas estratégicas, como lo fue caso de la industria de la maquinaria de impresión de la que hablo. Quizá podamos pensar que esto es algo que lleva muchos añoss. No tanto. Elías me comenta que el dueño de la fábrica que visitamos hace no más de 25 ños manejaba un automóvil viejo y que en su momento lo convencieron de venderlo.

 

Hoy, este hombre puede comprar una casa de 50 millones de yuanes. Entiendo ahora el fenómeno de los nuevos ricos en algunas ciudades de China y sus excentricidades como aquel Cadillac bicolor con llantas de auto de cholo-rapero que acabo de ver hace unos minutos estacionado en la calle. Solo en China. Algo debemos de aprenderle a este país. Quizá la lógica de seleccionar las industrias estratégicas, invertir en su desarrollo y apoyarlas con programas gubernamentales, sea algo difícil de hacer en un país como el nuestro, cuando ni si quiera podemos convencer a la sociedad en su conjunto de la necesidad de una reforma educativa; sin embargo, por algo debemos de empezar. El caso de esta pequeña ciudad, que quizá en términos de infraestructura, modernidad y servicios esté por encima de muchas localidades mexicanas, es un ejemplo. 

 

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Adolfo Laborde es Profesor Investigador del Tec de Monterrey. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (COMEXI) y de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales (AMEI). 

 

 

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