Este escribidor, a riesgo de la maledicencia, cree y propone que a los servidores públicos que buscaron la manera de preservar esos cadáveres por obligación
El horror de las fosas clandestinas en El Arbolillo, Veracruz, con cientos de cadáveres (sí: cientos) y los tráileres de Guadalajara paseando cuerpos, puede alcanzarnos