Por. Saraí Aguilar
X: @saraiarriozola
Mujeres juntas… es una frase que ha perpetuado desde décadas el sistema patriarcal, promoviendo así la competencia no sana entre mujeres, por medio de envidias y contiendas.
En épocas actuales la generación Z ha popularizado el termino “pick me” para aquellas mujeres que, sin importar denostar a otras mujeres, sueltan comentarios o acciones que buscan congraciarse con los hombres.
Pues al parecer estas acciones no son propias de videos de TikTok. Hay quien decide ser “pick me” de los patriarcas de su bancada política. Y, por desgracia, esa es la decisión que tomó la presidenta Claudia Sheinbaum en días pasados al negarse a felicitar, reconocer o simplemente comentar sobre el Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado.
El 10 de octubre, la presidenta declinó pronunciarse sobre el galardón a la opositora venezolana y sólo se refirió a la soberanía de los pueblos. Dos meses después, Sheinbaum reiteró que no tiene comentarios y reafirmó la postura de México sobre la autodeterminación, no injerencia y respeto a las decisiones de otros países. No obstante, México sí reconoció de facto el triunfo de Nicolás Maduro en las elecciones de Venezuela en diciembre de 2024 al enviar un representante a su toma de posesión, a pesar de las polémicas internas y externas sobre el fraude denunciado.
Y no es precisamente que exista una competencia entre la mandataria mexicana y la laureada venezolana, sino que Sheinbaum ha decidió priorizar los mismos afectos y encender las mismas rencillas que su antecesor con tal de complacer a los patriarcas del partido. En especial a su antecesor, quien fue duramente señalado tras sus críticas a que gobiernos y organismos internacionales como la OEA y el entonces secretario de Estado de EU, Antony Blinken, hubieran reconocido la victoria del opositor Edmundo González Urrutia.
Por desgracia, la presidenta no ha podido cortar con el deseo o necesidad de seguir satisfaciendo al jerarca.
No ha podido definir su rol como jefa de Estado, no como una persona que solo busca continuar con un legado ajeno.
Es muy necesario que la presidenta atienda a lo enunciado en el discuro de recibimiento al galardón cuando Machado –a través de su hija– señaló:
“Incluso la democracia más fuerte se debilita cuando sus ciudadanos olvidan que la libertad no es algo que debamos esperar, sino algo a lo que debemos dar vida”.
Es precisamente que olvida que ella debe dar voz y representar los intereses democráticos de los ciudadanos y no los sueños del patriarca. Que representa a México y no a la 4T o cualquier sueño de grandeza de un jerarca de partido. Que México no tiene que estar secuestrado a esos deseos y que incluso ella puede ser libre para ejercer su cargo sin deberle nada más que al país que encabeza.
Puede ser la “pick me” de la política.. o la Presidenta. Ella decide.