La Caja de las Letras, del Instituto Cervantes, recibió hoy el legado de la poeta y escritora mexicana Rosario Castellanos, en ocasión de las actividades por el centenario de su nacimiento, y confirma la valía de su obra para la riqueza de la literatura universal.
“Recibimos uno de los grandes nombres de la cultura de nuestra comunidad, de la cultura en castellano, que es una de las grandes narradoras. Hay quien dice que le abrió las puertas al boom y, desde luego, es una de las grandes poetas que nos ha ayudado a desmontar la retórica en la poesía contemporánea”, dijo el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, al recibir el legado.
Rosario Castellanos, abundó, nos enseñó que el poder establece los discursos de sus víctimas y tiene una manera determinada de definir lo femenino, lo indígena. La lección de la escritora fue “desmontar por dentro los discursos establecidos para explicar verdaderamente lo que había de historia en la experiencia de una mujer mexicana y lo que había de experiencia e historia en la realidad de las comunidades indígenas, junto a las que ella creció”.
García Montero agradeció a la UNAM su colaboración para hacer posible que el Instituto Cervantes recibiera este legado que, a partir de hoy, se resguarda en la caja 1165. Subrayó que la autora de obras como Balún Canán y Oficio de tinieblas tiene mucho que enseñar a los partidarios del pensamiento crítico y disidente.
En representación de la UNAM, el titular del Centro de Estudios Mexicanos en España, Ciro Murayama, agradeció al Instituto Cervantes haber recibido con entusiasmo la iniciativa para incorporar in memoriam el legado de Rosario Castellanos a La Caja de las Letras. También agradeció a Gabriel Guerra Castellanos, hijo de la homenajeada, permitir que la Universidad Nacional -casa académica de la escritora- pueda difundir su obra y legado.
“La figura de Rosario Castellanos ejemplifica aquello que le da sentido y vida a la Universidad Nacional Autónoma de México: la búsqueda de la igualdad, de la justicia, de la mejoría de las condiciones de vida a través de cultivar las ciencias, las humanidades, la cultura -en el sentido más extenso-, para que las personas construyan proyectos de vida autónomos y libres para una convivencia en sociedad que sea fruto de la concordia, la tolerancia, y el respeto a los derechos, y nunca producto de la discriminación hacia el indígena, la mujer, el desposeído de la tierra, ni resultado de la imposición, la violencia y el obtuso ejercicio del poder político o económico”, apuntó.
“Con este acto hoy, en Madrid, se confirma la valía de la obra de Rosario Castellanos para la riqueza de la literatura universal, escrita en español”, afirmó acompañado por la escritora Irene Vallejo; la escritora y coordinadora de Difusión Cultural de la UNAM, Rosa Beltrán Álvarez; y la escritora y directora de Literatura y Fomento a la Lectura, Julia Santibáñez.
El legado se compone de un álbum de 24 fotografías, cedido por Gabriel Guerra. Entre las imágenes incluidas está una foto de Rosario Castellanos en su oficina en Ciudad Universitaria, flanqueada por Juan Rulfo, José Emilio Pacheco, Alberto Dallal, entre otros.
Además, las primeras ediciones de cinco obras: Balún Canán, publicada por el Fondo de Cultura Económica, dentro de la Colección Letras Mexicanas en 1957, y que está dedicada a “Emilio Carballido, a mis amigos de Chiapas”.
El libro de cuentos Ciudad real -nombre antiguo de San Cristóbal de las Casas-, publicado por la Universidad Veracruzana, en 1960; Mujer que sabe latín, publicado por la colección SepSetentas, en 1973, y que está dedicado al filósofo español del exilio Luis Villoro.
También El mar y sus pescaditos, cuyos originales fueron recibidos en SepSetentas, dos días antes del fallecimiento de la escritora, que ocurrió en Tel Aviv, el 7 de agosto de 1974. Este libro constituye la primera obra póstuma de Rosario Castellanos.
Además, la primera edición de la compilación Cartas a Ricardo, de 1974, con prólogo de Elena Poniatowska, así como nuevas ediciones de obras de la poeta, dramaturga, escritora y ensayista.
A lo largo de 2025, la Universidad Nacional le rindió homenaje a Rosario Castellanos a través de exposiciones, nuevas ediciones, publicaciones sobre su figura, obra y trayectoria; conversatorios, puestas en escena, ciclos de cine en los más emblemáticos recintos, a fin de acercar su obra a las nuevas generaciones.
A través de un videomensaje, Gabriel Guerra Castellanos, agradeció la recepción del legado de su madre en La Caja de las Letras, un archivo fantástico, en el que se dan cita “las grandes figuras del mundo hispano parlante”.
“El que hoy ustedes abran sus puertas, su espacio, su archivo, para honrar el legado de una mujer que trabajó no solo por la cultura, por las letras, sino también por las grandes causas de su vida: los pueblos originarios de México, la causa de las mujeres, la causa de la igualdad, de la atención a los discriminados, a los desprotegidos; me emociona, me conmueve”, expresó.
Rememoró que su madre pasó un año de su vida en España -que fue profundamente formativo-, gracias a una beca que ganó y compartió con su mejor amiga, la poeta Dolores Castro.
Asimismo, manifestó su deseo porque el archivo se enriquezca, pues está trabajándose. “Celebro que esté cada vez en más espacios y rincones del mundo, particularmente en el Instituto Cervantes, de España”.
Luis García y Rosa Beltrán firmaron el acuerdo de entrega del legado. En la ceremonia también estuvo la secretaria general del Instituto, Carmen Noguero Galilea.
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