Por. Saraí Aguilar
X: @saraiarriozola
¿De que se ríe presidenta? Es la pregunta ausente en estos días, tras las declaraciones de Paco Ignacio Taibo II referente a los libros escritos por mujeres, los cuales, a su juicio, son innecesarios en su nueva campaña para promover la lectura.
“Porque si partimos de la cuota, dices, bueno, si sé de un poemario escrito por una mujer, horriblemente asqueroso de malo, por el hecho de ser escrito por una mujer no merece que se lo mandemos a una sala comunitaria en mitad de Guanajuato. ¿Por qué hay que castigarlos con ese libro de poesía?”, dijo el director del Fondo de Cultura Económica en la conferencia mañanera el 23 de octubre, mientras la presidenta Claudia Sheinbaum reía como si se tratara de un chiste.
El lanzamiento de la colección “25 para el 25”, cuyos autores son representantes del boom literario de los años 60 y 70, en su mayoría hombres, ha causado gran revuelo.
Tras ser cuestionado sobre la ausencia de más títulos escritos por mujeres, como Elena Garro, Taibo II lanzó el citado comentario, aunque matizó que en la colección “el número de autoras es grande”, entre ellas Nona Fernández, Elena Poniatowska, Adela Fernández y Guadalupe Dueñas.
No obstante, el comentario ha causado gran revuelo e indignación entre las mujeres escritoras y la comunidad en sí, mientras la presidenta ha externado su respaldo a Taibo asegurando que “es un gran compañero”.
Sin embargo, lo que desconcierta no es el espaldarazo de la presidenta, sino la sorpresa al respecto. Al parecer no ha llamado la atención que la primera persona en festejar el comentario con una risa que ni siquiera quiso disimular fue ella, la propia Claudia Sheinbaum.
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Y si bien el responsable del comentario es Taibo –de quien nunca se espera nada salvo superarse en sus habituales frases machistas–, algo diferente debería pintar con quien es la primera mujer en llegar a la presidencia.
Se sabe que el género no te hace feminista, ni siquiera aliada. Pero ella ha enarbolado la bandera con su frase “presidenta con A”, en el slogan “llegamos todas” repetido entre sus huestes e incluso metiéndose en el tema del feminismo interseccional al hablar de los retos de las mujeres indígenas.
Entonces, en ese momento, ¿no le saltó nada de ese comentario, presidenta? ¿En verdad considera que las violencias cotidianas que vivimos las mujeres no son para tanto? ¿Puede un hombre con poder salir, denigrar el trabajo artístico de mujeres que han luchado por posicionarse e incluso ser respaldado por usted?
Es imposible no evocar a Virgina Woolf en “Una habitación propia”, cuando habla de que las mujeres no encuentran indiferencia sino hostilidad y burlas cuando intentan escribir.
Presidenta, con A , no basta con frases y dichos, faltan hechos. Y hasta ahora sólo vemos burlas.