En 1951 un notable universitario, Luis Ernesto Miramontes Cárdenas, logró sinterizar la molécula noretisterona, componente esencial para el desarrollo de la primera píldora anticonceptiva, hecho que se considera una de las mayores contribuciones científicas de México en el siglo XX.
El primer anticonceptivo oral no sólo ayudó al empoderamiento de las mujeres a decidir cuándo, cómo y con quién tener descendencia, también revolucionó a la sociedad al tener impacto en áreas como la salud reproductiva y la sexualidad responsable a escala global, afirmó Octavio Miramontes Vidal, investigador del Instituto de Física.
Destacó que el químico Carl Djerassi –con quien el científico mexicano compartió la patente de este compuesto (junto con el húngaro George Rosenkranz), impulsada por la compañía química mexicana Syntex– “escribió en uno de sus libros que, en ningún momento, ni en sus sueños más salvajes, hubiera imaginado que este compuesto químico se utilizara como método anticonceptivo y mucho menos el impacto que tuvo”.
Al participar en el ciclo La ciencia más allá del aula, de la Facultad de Química, el hijo del científico mexicano resaltó tres de los impactos que llevaron a considerar la invención de la píldora o la síntesis de esta molécula, al menos en México, como la más importante aportación de la ciencia mexicana a la humanidad: dio a las mujeres (la mitad de la población mundial) el poder de decidir sobre la planificación familiar; la posibilidad de participar en la educación, así como en el mercado laboral, pudiendo insertarse en diversos sectores, y no sólo aspirar a casarse y ser amas de casa.
En su conferencia “Luis Miramontes y la invención de la píldora anticonceptiva”, apuntó que algo de lo que no se habla de este anticonceptivo, y que su padre destacaba mucho, tiene que ver con el crecimiento poblacional, algunas proyecciones consideran que para 2100 la población tendrá un estancamiento, dejará de crecer. “Pero en otros escenarios, de no haber este método de control natal, para ese año ésta se duplicaría”.
Luis Miramontes decía que quizá esa sea la contribución más relevante de su aportación, “pues si la población creciera sin ningún control pondría en riesgo el acceso a los recursos naturales y generaría tensiones, lo que inevitablemente desembocaría en conflictos armados, guerras y todas estas calamidades”, acotó.
Siempre puma
En el centenario del natalicio de su padre, Octavio Miramontes Vidal recordó que aquél nació el 16 de marzo de 1925 en Tepic, Nayarit; sus padres fueron María Esther Cárdenas Aréchiga y Candelario Miramontes Briseño, quienes se separaron y Luis Ernesto Miramontes fue criado por su madre y su tía Lola (María Dolores Cárdenas Aréchiga), profesora rural a quien consideró como una de sus más grandes influencias intelectuales; “ella fue quien lo educó tempranamente y fomentó su curiosidad y sed de conocimiento”.
Su contacto con el medio rural lo inspiró a gustar de la naturaleza y a pensar en ser un científico e inventor en su vida adulta, señaló el especialista del Departamento de Sistemas Complejos. Una de sus influencias tempranas en ello fue el libro Los cazadores de microbios, de Paul de Kruif. Una vez finalizada su educación primaria, en 1942, llegó a Ciudad de México para continuar sus estudios en la Escuela Nacional Preparatoria núm. 1 (1943-1945), después la licenciatura en la Escuela de Ciencias Químicas, en Tacuba (1945-1949), y el doctorado en el Instituto de Química (1948-1950 y 1954-1956), ambos de la UNAM.
“Entre 1950 y 1954 ocurrió lo que llamaríamos una revolución en la química, aunque no sólo mexicana, sino mundial, gracias al surgimiento de la primera línea de la empresa Syntex, donde mi padre estuvo como investigador, jefe del Departamento de Investigación y Procesos, y como subdirector de la División de Desarrollo. Durante esa época en Syntex ocurrió la síntesis de la primera molécula sintética con acción anovulatoria, es decir, que inhibe la ovulación”.
Recalcó que en 1956 le fue concedida la patente a esa empresa, lo que dio lugar a la primera molécula que inhibe la ovulación y que puede administrase vía oral, dando origen a la píldora anticonceptiva, aunque en ésta no estuvo directamente involucrado su padre.
Expuso que Syntex concedió licencia para usar la molécula a varias empresas farmacéuticas en Estados Unidos, Alemania, Suiza y Holanda.
La píldora tuvo muchos problemas para obtener permiso de comercialización debido a la presión de grupos conservadores, en especial de la Iglesia católica. La primera en salir a la venta fue Enovid de Searle, que no usó directamente la invención de Syntex, sino una molécula similar, finalizó.
UNAM Global