Durante siglos, los gatos negros han sido víctimas de supersticiones que los vinculan con la mala suerte, la brujería y las fuerzas malignas. Sin embargo, detrás de su enigmático pelaje hay fascinantes explicaciones genéticas y biológicas que los convierten en animales únicos, resistentes y llenos de personalidad.
El doctor Francisco Javier Carvajal Merchant, profesor de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM, y Claudia Edwards, profesora de asignatura en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, explicaron los secretos detrás de su color, comportamiento y los mitos que aún los rodean.
“Detrás de esos mitos solo hay un animal tan cariñoso, sociable y fascinante como cualquier otro felino doméstico”, añadió Edwards.
Del templo al prejuicio
Los gatos fueron considerados sagrados en el Antiguo Egipto y venerados por civilizaciones como la romana y la china. Pero en la Edad Media su suerte cambió. “Con el auge del cristianismo, se les asoció con el mal, la brujería y el diablo”, comenta el profesor. “Fue una de las épocas más terribles para los gatos, especialmente los negros, que fueron perseguidos y exterminados injustamente”.
Durante ese periodo, la Inquisición vinculó lo oscuro con lo demoníaco, y los gatos —especialmente los negros— fueron acusados de ser los “compañeros” de las brujas. De ahí nacieron las imágenes que aún vemos en Halloween: la silueta de un gato negro junto a una escoba.
Claudia Edwards lamenta que aún hoy existan prejuicios que ponen en riesgo a estos animales. “En general, los animales negros tienen una connotación negativa, pero los gatos han sufrido especialmente esas supersticiones. El color negro se asocia con la muerte desde la antigua Roma, cuando las personas comenzaron a vestir de negro en los funerales”, comenta la especialista.
“El color del gato no tiene nada que ver con la mala o buena suerte. Es solo el reflejo de su genética, no de la maldad”, afirma Edwards.
Entre genes y mitos
“En los gatos, la coloración se define principalmente por dos genes, el O y el B”, explica Carvajal Merchant. “Estos determinan la pigmentación del pelaje, y su expresión depende de si son dominantes o recesivos. En el caso de los gatos negros, predomina una alta cantidad de melanina, lo que no solo les da su color oscuro, sino que además les brinda una mayor protección frente a los rayos ultravioleta”.
Esa melanina, añade el especialista, actúa como una defensa natural: “Los gatos negros tienen menos riesgo de desarrollar ciertas enfermedades en la piel, y sus mucosas —como los párpados o la nariz— suelen estar mejor protegidas del sol que las de los gatos con colores claros”.
¿Tienen algo especial los gatos negros?
Más allá de los mitos, su color puede tener una base biológica interesante. El gen que les da el pelaje negro —llamado no agutí— podría estar relacionado con una mayor sociabilidad entre machos, lo que favorece su supervivencia en colonias callejeras.
Además, sus ojos amarillos contrastan con el pelaje oscuro y brillan en la noche gracias a una estructura llamada tapetum lucidum, que amplifica la luz y mejora su visión nocturna.
“Eso hace que en la oscuridad se vean solo sus ojos brillando, lo que puede asustar a la gente… pero en realidad es una ventaja biológica que los convierte en excelentes cazadores”, explica la académica.
Compañeros con carácter
Sobre su temperamento, Carvajal Merchant enfatiza que el color del pelaje no tiene relación con su conducta. “Si un gato negro parece más arisco o más cariñoso, eso depende de la socialización que haya tenido desde pequeño. Si se le educa con afecto, cuidados y respeto a sus necesidades, será un gato equilibrado y afectuoso”.
Además, no son más ferales ni temperamentales. “Hay razas, como el Maine Coon o el Bengalí, que pueden tener pelaje oscuro o completamente negro y son increíblemente dóciles y cariñosas. El mito del gato negro agresivo es puro folclor”, agrega.
Domesticación y libertad
A diferencia de otras especies, los gatos no fueron domesticados por el ser humano, sino que fueron ellos quienes se acercaron a los asentamientos humanos para aprovechar la abundancia de roedores. “Podríamos decir que los gatos nos adoptaron”, bromea el profesor. “Y esa independencia la conservan hasta hoy. Son ellos quienes eligen con quién convivir”.
De ahí que, como bien saben muchos dueños, un gato puede preferir la compañía de una persona sobre otra. “Ellos deciden. Puedes alimentarlo, llevarlo al veterinario, pero si el gato se siente más cómodo con otra persona, irá con ella. Así son”, ríe el especialista.
Cinco dominios del bienestar felino
Carvajal Merchant resalta la importancia de garantizar el bienestar animal a través de los llamados cinco dominios:
- Alimentación adecuada y libre de hambre o sed.
- Condiciones de salud física y atención veterinaria.
- Libertad para expresar su comportamiento natural.
- Entorno seguro y libre de miedo o estrés.
- Relaciones positivas con humanos y otros animales.
“Cumplir con estos dominios es esencial para que cualquier gato, sea negro o no, tenga una vida plena y feliz”, concluye.
UNAM Global