ACTOS DE PODER: Del Sistema de Votación y de Cómputos dentro del territorio nacional y en el extranjero; Autoridades electorales administrativas y jurisdiccionales - Mujer es Más -

ACTOS DE PODER: Del Sistema de Votación y de Cómputos dentro del territorio nacional y en el extranjero; Autoridades electorales administrativas y jurisdiccionales

Por. Fernando Coca

X: @Fercoca

En esta colaboración tocaremos dos temas que están íntimamente relacionados, que el voto se emita libremente y que las autoridades electorales actúen en el marco estricto de la ley.

¿Cómo garantizar que el sistema de votación y de los cómputos de los votos que emiten el electorado dentro y fuera del territorio nacional y que las autoridades que organizan y califican los procesos electivos lo hagan de tal forma que quienes votaron vean reflejado la intención y el sentido de su voto?

Después de una historia de múltiples fraudes electorales municipales, estatales y federales, en México comenzaron a usarse urnas “transparentes” que aparentemente daban certeza del respeto al voto. Sin embargo, la comisión de los fraudes se “modernizó” y ni esas urnas garantizaron el voto.

¿Cómo acondicionar el sistema de votación y de cómputo para que no exista duda de la transparencia para que el voto cuente y se cuente?

Las nuevas tecnologías nos dan la oportunidad de hacer de las elecciones un proceso mucho más claro y rápido para ejercer el derecho de votar y ser votado, y evitar al máximo el fraude electoral.

Blockchain es una tecnología que registra información en bloques enlazados y distribuidos entre muchos nodos que hacen casi imposible alterar los datos sin que se note la intrusión al sistema.

¿Qué ganaríamos los ciudadanos al usar blockchain en nuestras elecciones? Tres cosas vitales para un país que quiere seguir en la senda democrática:

1. Transparencia. Cada voto se registra en un bloque visible y verificable.

2. Inmutabilidad. Una vez emitido el voto, no hay forma de modificarlo.

3. Descentralización. No depende de un solo servidor ni de una autoridad central.
¿Cómo se aplicaría en los procesos electorales? Con cinco pasos:
a. Identificación del votante. Lo puede hacer con su INE, con su CURP biométrica.
b. Emisión del voto. El votante usa una app o se dirige u una casilla electrónica donde emite su voto que se cifra y se convierte en una transacción electrónica.
c. Registro en blockchain. El voto cifrado se almacena en un bloque junto al de otros ciudadanos. Cada bloque esta enlazado criptográficamente con el anterior.
d. Auditoria Pública. Cualquier persona (partidos, observadores y ciudadanos) puede verificar que los votos existen y no han sido alterados. Un punto clave es que nadie conocerá el sentido del voto, sino que sólo conocerá el número de los votos emitidos.
e. Conteo automático. Los votos se suman en tiempo real mediante Smart Contracts o sistemas de lectura automática.

En el mundo hay experiencias del uso de blockchain en elecciones como en Sierra Leona, Letonia y en Estados Unidos y Corea del Sur hay experiencia en proyectos piloto con apps de blockchain.

Las ventajas, y los desafíos, de usar la tecnología son varios pero que valdría la pena correr en aras de la democracia.

El anonimato y la trazabilidad garantizará que nadie pueda vincular el voto con una persona. Es decir, se acaba la presión, la coerción de “si no votas por mi te quieto -o se acaban- los programas sociales”.

La ciberseguridad protegería el acceso al sistema y las llaves privadas de cada votante.

La inclusión digital provocaría que los millones de personas sin acceso o confianza a los sistemas digitales la adquieran.

El gran reto sería cómo realizar una auditoría independiente para dar certeza de voto por voto, casilla por casilla.

Ahora, ¿qué pasara con los integrantes del Instituto Nacional Electoral y del Tribunal Electoral? Si nos atenemos al tema de que esos organismos públicos son muy caros, podría elegirse cada periodo electoral para su integración. Sin embargo, debería existir un órgano técnico que realice actividades sustantivas en las elecciones como la distritación y, en el caso de la judicialización de las elecciones, determinar cuáles son los delitos electorales que el tribunal debe resolver una vez que el voto por medio de las nuevas tecnologías estaría protegido.

Cuando la tecnología, en este caso en el tema de los procesos electorales, quede al servicio del pueblo, habrá menos liderazgos políticos que lucren con la necesidad de la gente y serán las ideas, los proyectos y las acciones las que determinen quién es la o el mejor candidato para ocupar los cargos de elección popular.

 

 

Related posts

COLUMNA INVITADA Los Frankensteins de la sociedad

EL ARCÓN DE HIPATIA Global Sumud: de la travesía por Gaza al tour de medios

COLUMNA INVITADA: La dignidad que no recibimos