- Inocentes. John Grisham, Jim McCloskey. Plaza Janés.
Por. Alicia Reyes Amador
El texto del que hablaremos en esta ocasión, Inocentes de John Grisham, es un testimonio de muchos casos, más de los que quisiéramos que existieran, de personas, que siendo inocentes, injustamente fueron detenidas, acusadas, juzgadas y encarceladas. Algunas, otras ejecutadas con la pena de muerte. Se exponen diez casos, el trabajo de investigación lo efectuó Jim McCloskey.
Cada uno de los casos está cuidadosamente investigado, mientras que la descripción del proceso por el que transitaron aparece objetivamente sustentado, no sobran datos, ni faltan evidencias para convencernos de que los acusados, estuvieron lejos de haber lastimado a las víctimas y de los delitos que se les imputaron.
¿Cómo es posible? Se pregunta uno como lector, que alguien que estaba a muchos kilómetros del momento del ilícito, haya podido violar y matar a alguien si ni siquiera lo conoció, que una mujer de más de 70 años enferma crónica de varios padecimientos que fue violada y asesinada, se le presuponga un amasiato o haber sido atacada por varios jóvenes por treinta dólares, cuando nunca se encontró el ADN de ellos o del supuesto amante. O el caso de un padre que fue acusado de quemar a sus hijas de forma premeditada, a pesar de que las evidencias indicaron que el incendio fue claramente accidental y él mostró un terrible sufrimiento por lo sucedido. Más increíble es entonces que los fiscales y los jueces, que están como responsables de estos procesos, abusando de su poder, eliminaran evidencias contundentes de inocencia e incorporaran datos absurdos, escenarios imposibles o suposiciones sin respaldo, con tal de defender que no estaban equivocados al señalar un culpable. Así otros muchos casos que provocan una sensación de profunda molestia, debido a la forma tan arbitrariamente descarada, en que los fiscales, los jueces, la policía y los testigos, se conducen contra quienes están en el contexto que describe Grisham.
Con la lectura de este texto, descubre uno que la falta de justicia, claramente imperante en nuestro país, se encuentra presente en otros muchos lugares del mundo con características distintas, pero con resultados similares, es decir, no se investiga para encontrar a los culpables, sino para respaldar las elecciones y designios de quienes está a cargo de castigar el delito, como sucede en Inocentes, con todos los protagonistas de esta antología de la injusticia.
Resulta doloroso descubrir que los acusados, están indefensos, primero, por no tener información sobre cómo actuar ante acusaciones absurdas; segundo, por creer que su inocencia es suficiente para estar protegidos; tercero, por ser acosados, lastimados emocionalmente y doblegados por miedo; cuarto, por la instrumentación de testigos en condición de presos que declaran falsedades a cambio de mejores condiciones en su reclusión; quinto, por pensar que si los policías, los fiscales y los jueces, son del grupo de “los buenos” deben tener la razón de lo que afirman.
Afortunadamente, para algunos de los protagonistas de este libro (a otros se les aplicó la pena de muerte antes de que pudiera demostrarse su inocencia), en su país hay la alternativa a grupos civiles , abogados y jueces honestos profesionales y comprometidos con la aplicación justa de las leyes.
Nos debemos preguntar, no sin cierto grado de terror, ¿cómo será la aplicación de la justicia cuando anteriormente teníamos magistrado elegidos a través un proceso que parecía estricto y tenía algunos contrapesos , aunque ciertamente con funcionamiento defectuoso, y muchas veces lento, cuando ahora nuestros magistrados fueron elegidos a partir de un proceso amañado y sin criterios de calidad. Más aún, si se ha buscado que no haya contrapesos que se les pudieran presentar para revisión de sus dictámenes.
Sugiero la lectura de este texto, para complementar los elementos que tengamos a la mano, para reflexionar sobre el tema.