ACTOS DE PODER: Reconfigurar el Sistema Nacional de Protección Civil - Mujer es Más -

ACTOS DE PODER: Reconfigurar el Sistema Nacional de Protección Civil

Por. Fernando Coca

X: @Fercoca

Son tiempos de alertas a causa de los temporales que se vienen, entre 16 y 20 ciclones en el Pacífico y entre 13 y 17 en el Atlántico.

México es un territorio susceptible a los desastres naturales. Hemos padecidos terremotos en 1985 y 2017. Los nombres de Gilberto (1988), Paulina (1997), Stan y Wilma (2005), Ingrid y Manuel (2013) y Otis (2003) son recuerdo de que la naturaleza no perdona.

Hoy, las luvias se han convertido en “atípicas” pues cada año incrementan su caída y causan severas inundaciones, deslaves, destrozos a su paso y no sólo provocan pérdidas materiales millonarias, sino que cobran vidas humanas.

Después del terremoto de septiembre de 1985, el gobierno federal creó el Sistema Nacional de Protección Civil. Los efectos sociales y políticos de la destrucción en la Ciudad de México provocaron una reacción del gobierno para que desde la esfera civil se procurara la prevención no sólo en los casos de los fenómenos naturales, sino en los que son causados por el hombre que, cuando se juntan, los daños son mucho más graves.

Estas dos últimas semanas la Ciudad de México ha padecido inundaciones como pocas veces hemos visto. Y sí, podemos argumentar que el sistema de drenaje está colapsado porque ya somo más los que vivimos en el Valle de México, que las autoridades estatales y locales no realizan suficientes trabajos de desazolve y que las lluvias son más intensas que nunca, pero no reconocemos que un porcentaje por arriba del 70 por ciento, sino es que más, es producto de la basura que se va al sistema de drenaje. La sociedad es corresponsable un alto grado de las inundaciones.

El golpe de los ciclones y los huracanes es mucho más rudo en nuestras costas no sólo por los efectos del cambio climático -México es uno de los países que más territorio perderá con el paso del tiempo a causa del calentamiento de los mares- sino también porque en aras del desarrollo nos hemos dedicado a reventar arrecifes, manglares y toda la protección natural que impedía en otros tiempos la destrucción de esos fenómenos.

Por ello, es imperativo que el Sistema Nacional de Protección Civil avance más rápido que los fenómenos naturales que hoy enfrentamos y que serán cada vez más implacables.

Ante los nuevos retos que nos representan las nuevas intensidades de terremotos, ciclones, huracanes, incendios forestales y otros acontecimientos “atípicos” es necesario modernizar, adecuar, modificar, actualizar al SNPC. Ya tenemos una Alerta Sísmica; contamos con el Plan Operativo Popocatépetl, pero requerimos de un Plan Nacional de Atención a Fenómenos Hidrometeorológicos que comience a operar no días antes de la llegada de los huracanes, por ejemplo, sino que, desde la conclusión de cada temporada, se comience a trabajar en los mecanismos para minimizar riesgos.

Una dependencia que ya tomó cartas en el asunto es la de Economía, que comanda Marcelo Ebrard y que mediante el PRAPSE (que son comités de Abasto Privado), en coordinación con la Iniciativa Privada, garantizan el abasto ante las emergencias que pudiera padecer cada localidad del país.

Nuestra localización geográfica no obliga a modernizar cada día los sistemas de seguridad civil. Hoy, más que nunca, los sistemas federales, estatales y municipales requieren de una mayor participación ciudadana, sin la que no se podría minimizar el efecto de cualquier fenómeno sea natural o antrópico.

Mientras más informada, y formada esté la sociedad, los efectos dañinos en contra de la vida humana y la infraestructura de nuestras comunidades podrá salir avante con mayor facilidad y rapidez de cualquier contingencia.

Estamos a tiempo.

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