Por. Ivonne Melgar
Gerardo Fernández Noroña y Sergio Gutiérrez Luna, presidentes de las mesas directivas del Senado y de la Cámara de Diputados, respectivamente, buscaron sumar a la oposición en posicionamientos de respaldo al gobierno.
En ninguno caso hubo cierre de filas, pero la discusión permitió dimensionar que el amago de Trump de clasificar a los cárteles como terroristas es el tema más crítico para la autoproclamada Cuarta Transformación.
De la migración, los legisladores de Morena dijeron que Obama y Biden realizaron más deportaciones que Trump en su primer gobierno. Y de un posible incremento de los aranceles, confiaron en que EU necesita del T-MEC.
Pero ante el anuncio de equiparar a los cárteles de la droga con terroristas, la 4T se hace bolas, cuidando no lastimar al progenitor de la fallida estrategia del sexenio anterior.
Esa falta de claridad retórica al hablar del crimen organizado, eufemísticamente denominado ahora en el discurso oficial como “los generadores de violencia”, es un lastre para el proyecto gobernante e implica una diferencia de fondo con la oposición. Así quedó de manifiesto en la Sesión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión 21/01/2025.
“Particularmente grave nos parece la determinación asumida por el presidente de los Estados Unidos de determinar como grupos terroristas a los grupos del crimen organizado”, expuso Fernández Noroña.
“Estamos de acuerdo en la coordinación, en la comunicación, en la colaboración con el gobierno de EU, pero bajo ninguna circunstancia estamos dispuestos a ceder un solo milímetro de nuestra soberanía y nuestra independencia nacional”, enfatizó el morenista.
Vino al final el inusual pronunciamiento en voz de Noroña: “Cierro con un llamado particularmente a la oposición a construir este acuerdo nacional y esta coincidencia en la defensa de nuestro pueblo, de nuestra independencia y de nuestra soberanía”.
En respuesta, el senador Ricardo Anaya (PAN) propuso que, así como se cuenta con un tratado comercial, había que construir uno de cooperación en seguridad, rechazando cualquier intervención unilateral.
“No entiendo por qué les molesta que nos hagan un planteamiento que implica que hagamos algo, que de cualquier manera es nuestra responsabilidad, como lo es combatir al crimen organizado. Pongámosle orden, estructura, rechacemos cualquier violación a nuestra soberanía, pero entrémosle de lleno, dejando atrás el disparate de los abrazos, no balazos”, sostuvo el panista.
Una pregunta de la senadora Guadalupe Chavira a la diputada Magdalena Flores coló en ese debate lo que parecería ser una preocupación/obsesión de Morena, al abordar la seguridad: que nadie piense que la estrategia de García Harfuch está recuperando aquello que tanto vapuleó el expresidente López Obrador.
“Hace rato escuchábamos reflexiones de algunos legisladores y algo que nos debe siempre recordar es la guerra contra el narco que desató Felipe Calderón. Ese modelo no lo queremos, porque usted sabe que en Sinaloa si algo sufrió fue la embestida de toda una estrategia que fracasó”.
La diputada se limitó a expresar que, como sinaloense, apoyaba el plan México te Abraza de la Presidenta. Nada dijo de la crisis de violencia en su entidad.
Y en la Cámara de Diputados, el tropiezo también se dio en seguridad, cuando el presidente de la Mesa Directiva impulsó el documento de respaldo a la postura de la mandataria ante Trump.
Firmado por Morena, PT, PVEM y Movimiento Ciudadano, el texto incluyó este reconocimiento: “Afirmamos que el tema de la seguridad y de la lucha contra el tráfico ilícito de drogas, (México y EU) no han podido tener un enfoque integral y coordinado entre ambas naciones; es necesario adoptar las medidas sustantivas bilaterales y contundentes para debilitar estas organizaciones dotadas de armas de alto poder, que en buena medida se fabrican en Estados Unidos y son enviadas de forma ilegal a nuestro país”.
Gutiérrez Luna acusó de “traidores a la patria” a los diputados del PRI y del PAN por negarse a firmar.
El coordinador de los priistas en San Lázaro, Rubén Moreira, dijo que lo que les pedían “era que aceptáramos una política errática”.
Le preguntamos por qué no validar el reconocimiento de que falta una estrategia bilateral frente al crimen. El exgobernador de Coahuila comentó: “Aceptan que hay un fracaso en el combate al crimen en los pasados seis años, pero tratan de construir una narrativa que esto es culpa de los americanos, porque allá se producen las armas”.
Menos diplomático, el dirigente del PRI, Alejandro Moreno, difundió el jueves un comunicado en el que planteó: “El terrorismo criminal, los más de 210 mil asesinatos, atentados, secuestros colectivos, extorsiones, ejecuciones y masacres que los criminales cometen, sólo se pueden explicar porque existe el consentimiento miserable y cobarde de las acciones de gobierno que premeditadamente mantienen impune su sanción”.
Más allá de la duda de si esos llamados al cierre de filas fueron una ocurrencia morenista que poco interesa a la presidenta Sheinbaum, lo evidente es que Trump regresó a la agenda política el elefante blanco que López Obrador logró esconder con su mágico y destructivo plan C.