Por. Fernando Coca
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El lunes 13 de enero fue presentado el Plan México, un proyecto que pretende disminuir la pobreza y la desigualdad que hoy padece la nación.
Son 13 los ejes que presentó la presidenta Claudia Sheinbaum, entre los que destacan el incremento al 50 por ciento de la proveeduría y el consumo nacional sea hecho en México en sectores tan importantes como el textil, calzado, mobiliario y juguetes; llevar al 50 por ciento las compras públicas de producción nacional; generar 1.5 millones de empleos más y elevar al 25 por ciento del PIB la proporción de inversión.
Una fecha importante para la operación del Plan México es el 17 de enero, cuando se emitirá el Decreto de Relocalización de las empresas en México; con ello se pretende dar espacios a las empresas en cada una de las entidades para generar ambientes de desarrollo respetando la vocación de las comunidades en las que se instalarán y, con ello, generar empleos bien remunerados.
Ese mismo día se presentará al Congreso la iniciativa de la Ley Nacional de Simplificación y Digitalización de Trámites, una demanda añorada por el sector privado que busca eliminar trámites tortuosos que generaban, además de tardanza en la consolidación de empresas, corrupción.
A cuatro días de que asuma la presidencia Donald Trump, el Plan México requiere, como lo ha reiterado el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, de la cohesión de todos los sectores ante la incertidumbre de lo que viene. Facilitar las inversiones con trámites expeditos, con seguridad jurídica dará al capital el incentivo de largo plazo para hacer de nuestro país el destino de las inversiones de las grandes empresas.
Cierto es que la llegada de Trump a la presidencia de los Estados Unidos pone énfasis en su visión proteccionista ante el crecimiento económico de China, pero sólo con la continuidad del Tratado México-Estados Unidos-Canadá se puede hacer frente a la conquista comercial de los chinos.
La industria mexicana tiene en el Plan México la oportunidad de relanzarse, de crecer y comenzar una nueva etapa en la que lo Hecho en México tenga impacto en la economía tanto nacional como mundial.
El proceso no será ni fácil ni terso. Hay inercias que derrumbar para hacer de México la potencia que desde hace décadas debió ser.
Ahora, si hay cohesión, como dice Marcelo Ebrard, y el gobierno federal, los empresarios e industriales, además de los gobiernos estatales y municipales, esta oportunidad que tenemos en medio de un ambiente proteccionista y adverso, puede darle a México un lugar como nunca en la comunidad internacional.