Por. Saraí Aguilar
X @saraiarriozola
Mientras la presidenta Claudia Sheinbaum promete campañas y palabrería, en la región nos están matando.
Y más allá de meros lugares comunes, las cifras lo comprueban.
México registró 852 feminicidios en 2023, uno cada 10 horas en promedio, lo que lo ubica como el segundo país en la región con más incidencia de crímenes de esa naturaleza, reportó hace días la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
“Esto indica que, a pesar de los avances en leyes y protocolos, el feminicidio sigue presente en nuestra región y es la expresión extrema de los patrones patriarcales y violentos”, señaló el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar.
Mientras tanto, Sheinbaum anunciaba con bombo y platillo una campaña que inició en el marco del día internacional contra la violencia hacia las mujeres. La presentó con estas palabras: “Es tiempo de mujeres, pero no sólo es tiempo de mujeres: es Tiempo de Mujeres sin Violencia”.
La presentación de la campaña permanente estuvo a cargo de Citlalli Hernández, quien señaló que el Día Internacional Contra la Violencia hacia las Mujeres “es una especie de compromiso de todos los gobiernos para combatir las distintas violencias que vivimos muchas veces las mujeres”.
Lo que no queda claro es qué se hará más allá de hacer campañas, que si bien nadie duda de la eficacia de concientizar en la vida cotidiana a la población y que la no violencia se establezca como la normalidad, el tema es que en México no necesitamos solo acciones preventivas, sino que los estragos de la violencia nos están ahogando sin que se vean acciones pertinentes en resultados.
Porque, por el contrario, las cifras son cada vez peores y no hay manera de pretender tener otros datos. Por ejemplo, en días pasados se presentó un estudio de Data Cívica en el que se destacaban niveles críticos, con un aumento del 127 por ciento en homicidios de mujeres en los últimos 20 años, además de un preocupante incremento del 34 por ciento en feminicidios, con una tasa actual de 1.38 por cada 100 mil mujeres.
Ante estos datos no es de asombrarse que Amnistía Internacional alertara que hasta ahora las políticas públicas “no son efectivas para disminuir los asesinatos y garantizar la vida de las mujeres en México”.
La directora ejecutiva de la organización, Edith Olivares Ferreto, hizo un llamado a la presidenta Claudia Sheinbaum a “que dé contenido y sentido” a la frase que enarboló cuando tomó posesión como presidenta de que con su arribo “llegamos todas”.
Es momento de replantear si la simple visibilización en marchas y fechas conmemorativas está dando resultados. Si los discursos de políticos y romper el techo de cristal para unas cuantas se está viendo reflejado en la vida cotidiana de las mujeres, las de a pie, que cada elección se emocionan y quieren creer porque no queda otra esperanza si el tener representación de mujeres en el poder se verá reflejado. ¿Será que nuestra realidad cambiará? ¿O todo quedará en un día naranja más?