ACTOS DE PODER: ¿Tienen futuro los partidos? El PRI (III) - Mujer es Más -

ACTOS DE PODER: ¿Tienen futuro los partidos? El PRI (III)

Por. Fernando Coca

 

Plutarco Elías Calles estaría escandalizado por lo que sucede con el partido que procreó. Tal vez a la actual dirigencia le hubiera convenido contactar al general vía un médium (dicen que al final de sus días se dedicó al espiritismo) para aglutinar a los liderazgos tricolores y evitar la crisis que lo tiene a punto de la desaparición.

Fundado como Partido Nacional Revolucionario, el PRI que hoy conocemos fue el instrumento político de la más alta élite política de nuestro país. Ahí confluyeron los generales que derrocaron a Huerta y a Carranza y eliminaron a Villa y Zapata y, bajo su visión, darle estabilidad a México.

El Jefe Máximo, Calles, se planteó llevar al país que gobernaba (1924-1928) a que los ánimos políticos de los triunfadores de la revolución no terminaran en un baño de sangre en el que sucumbió el presidente electo Álvaro Obregón, asesinado cuando celebraba su triunfo electoral.

Fue entonces que nació, un 4 de marzo de 1929, el PNR. Desde entonces, y hasta el año 2000, ese instituto político fue el eje de la vida nacional. Nada pasaba en el país si no estaba avalado por el poder institucionalizado.

El Maximato de Calles, terminó cuando el joven general Lázaro Cárdenas del Río lo exilió para que dejara de entrometerse en su gobierno.

Para evitar el caudillismo, el presidente Cárdenas aglutina a todas las ligas agrarias en la CNC. Y a la naciente, pero influyente clase obrera la amalgama en la central obrera fundada por Vicente Lombardo Toledano: la CTM.

Así, nace el sistema político mexicano que conocimos hasta el 2018.

Desde Pascual Ortiz Rubio, hasta Ernesto Zedillo, el PRI no perdió la elección presidencial. Fueron 71 años ininterrumpidos los que el tricolor hizo lo que quiso de México. Bueno y malo.

Entre lo rescatable están instituciones como el Instituto Mexicano del Seguro Social, PEMEX, la CFE, el INFONAVIT, el Banco de México, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el IFE -hoy INE- y el ISSSTE entre muchas otras.

El lado oscuro del PRI se da en su acción contra la disidencia política, principalmente con la izquierda social. Médicos, ferrocarrileros y campesinos, además de maestros y estudiantes, reprimidos y asesinados en los sexenios de Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría. No olvidar la etapa de la guerra sucia iniciada con Echeverria y que se contuvo con López Portillo.

Las crisis económicas de los sexenios de Echeverría, López Portillo y Miguel de la Madrid aún lastiman la economía nacional. La entrada de México a la globalización desde los últimos años de López Portillo hasta la fecha, no cumplieron con la expectativa de reducir la desigualdad. Ni los tratados comerciales firmados desde la época de Salinas dieron paso a una nueva realidad en las finanzas de los mexicanos.

Si algo caracterizó al PRI fueron sus fraudes electorales. Desde la elección entre Ávila Camacho contra el general Andrew Almazán, hasta el más escandaloso y grotesco timo a la democracia operado por Manuel Barttlet en contra de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988.

Desde Manuel Pérez Treviño, primer presidente del PRI (PNR) hasta César Camacho, los presidentes del institucional tenían algunos pudores para hacer política. Algunos presidentes del PRI aún son recordados por su gran habilidad para hacer política de ¿altura? Se me vienen a la mente Heriberto Jara, Carlos A. Madrazo y Jesús Reyes Heroles (tal vez el más sabio de todos).

Las mujeres que presidieron el PRI, Dulce María Sauri y Beatriz Paredes, tienen un lugar especial pues en condiciones adversas le dieron vida a su partido.

La crisis que hoy vive el PRI no es comparable con el rompimiento de la Corriente Democrática (Cárdenas, Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez) en 1988, ni con los conflictos entre Zedillo con Roberto Madrazo y la derrota de Labastida en el 2000.

Desde el 2006, pero principalmente desde el 2015, mientras el peor de los gobiernos priistas saqueó al país, sus militantes comenzaron a migrar a otros partidos. La sangría de cuadros y militantes que ha tenido el PRI se da de la mano de exdirigentes del PRD que se pasan a MORENA.

Hoy, con Alejandro Cárdenas en graves problemas por las resoluciones del INE que no le avalan su reelección como presidente del CEN, se vislumbra una guerra sin cuartel para ver quién se queda con los despojos del tricolor.

¿Serán los exgobernadores Moreira, Zapata o Riquelme los que se sacrifiquen y dejen el Senado para tratar de salvar a su partido o la disidencia de Alito tendrá una o varias cartas para disputarle la presidencia y el consejo político al campechano?

Lo que se alcanza a ver es que el PRI será un partido testimonial, como lo fueron el PPS o el PARM, pero no se ve que MORENA o el PAN lo quieran como rémora.

Futuro nebuloso e incierto el que viven los priistas.

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