ACTOS DE PODER: ¿Tienen futuro los partidos? El PAN (II) - Mujer es Más -

ACTOS DE PODER: ¿Tienen futuro los partidos? El PAN (II)

Por. Fernando Coca

 

 

Manuel Gómez Morín y Efraín González Luna fundaron en septiembre de 1939 un partido que se reconocía democrático y sus miembros honraban la doctrina que los aglutinaba.

Acción Nacional se autodefinía como “una organización de todos aquellos que, sin perjuicios, resentimientos ni apetitos personales, quieren hacer valer en la vida pública la convicción en una causa clara, definida, coincidente con la naturaleza real de la Nación y conforme a la dignidad de la persona humana”.

En el colectivo se atribuye al anti-cardenismo de muchos políticos mexicanos la fundación del PAN. Desde entonces el partido fue catalogado como la derecha clerical (por el profundo catolicismo de muchos de sus militantes) que buscaba hermanar la religión con la política, aunque no fuera cierto.

Con el registro oficial llegó también su primera participación en las elecciones donde obtuvieron sus primeros diputados en la XL legislatura (1946-1949): Aquiles Elorduy, Miguel Ramírez Munguía, Antonio L. Rodríguez y Juan Gutiérrez Lascuráin.

Hasta 1982 una mujer ganó una diputación federal, fue Florentina Villalobos, una periodista chihuahuense que ganó el distrito 2 de ese estado y se convirtió en la primera mujer de oposición en llegar a la Cámara de Diputados. Años después fue diputada plurinominal.

Años después, en 1989, Ernesto Ruffo Appel gana la gubernatura de Baja California. Y en 1991, Héctor Terán se convierte en el primer sanador de Acción Nacional y María del Carmen Bolado en la primera senadora de ese partido.

El PAN no fue un partido ajeno a las disputas internas. Fue en 1976 cuando una disputa interna por la participación por la presidencia de la República de ese año. Por un lado, se manifestaba la parte de abstenerse de participar que encabezaba Efraín González Morfín y José Ángel Conchello asumía el intento de participar en contra de José López Portillo. Esta crisis permitió que organizaciones de extrema derecha como El Yunque penetraran la estructura del partido.

Con la llegada de los triunfos electorales, comenzaron los conflictos. Se creó el Foro Democrático que encabezaban tres expresidentes del partido. Bernardo Bátiz, Jesús González Schmall y José Ángel Conchello que se enfrentaron a Luis H. Álvarez en un intento de regresar al PAN a los principios y la doctrina. Perdieron. Bátiz y González Schmall salieron del partido (1992) y años después terminaron apoyando a Andrés Manuel López Obrador.

En la presidencia de Carlos Castillo Peraza se dio un nuevo conflicto en donde los nuevos panistas, entre ellos Vicente Fox y Francisco Barrio generaron conflictos que ponían en riesgo la cohesión del panismo.

El PAN estaba en una suerte de orfandad luego de la muerte de su candidato presidencial en 1988, Manuel de Jesús Clouthier que, si bien era considerado como un neopanista, su forma de hacer política conquistó conciencias dentro y fuera de Acción Nacional.

La derrota de Castillo Peraza en la elección para la jefatura de Gobierno del Distrito Federal y su prematura muerte, dejó al PAN sin la brújula.

Para desgracia del PAN, y de México, llegaron los triunfos de Vicente Fox y Felipe Calderón.

El de Guanajuato prometió acabar con las prácticas antidemocráticas del priato, pero se acogió al andamiaje de corrupción del sistema que juró desterrar y se convirtió en uno de ellos.

Lo más grave llegó con el contubernio entre el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Mariano Azuela y Fox. Intentaron descarrilar a Andrés Manuel López Obrador en su búsqueda por la presidencia de la República. Un gran fraude electoral (que se operó antes, durante y después de la elección de 2006) llevó a Felipe Calderón a la Presidencia.

Con Calderón comenzó la guerra que tiene a México en un baño de sangre e inseguridad y creó una crisis humanitaria.

Calderón, obsesionado con López Obrador, pactó con Enrique Peña Nieto no dejar pasar al tabasqueño. Por eso toda la estructura de gobierno apoyó al exgobernador del Estado de México a ganar la presidencia en 2012.

En esos dos sexenios, los presidentes de Acción Nacional –Luis Felipe Bravo Mena, Manuel Espino, Germán Martínez y César Nava- cavaron a la tumba de su partido.

Manuel Espino es hoy un activo de la 4T. Germán Martínez se fue el PAN para apoyar a López Obrador (donde fue senador y director del IMSS) para regresar a su origen. De César Nava sólo se sabe que compró un piso en Polanco con un costo de millones de dólares a precio de casa del INFONAVIT.

Extraviados, los panistas tuvieron la arrogancia de imponer a Marko Cortés como presidente del CEN. Desde noviembre de 2018 el PAN de Gómez Morín es sólo una leyenda en la historia política de México.

Marko Cortés está a punto de lanzar el cuerpo en agonía al hoyo que cavaron los jefes nacionales del PAN ya mencionados.

La inteligencia de muchos de los dirigentes del PAN, Castillo Peraza, por ejemplo, se vio ofendida con la llegada del michoacano Cortés.

¿Tiene futuro el PAN? El 10 de noviembre los panistas elegirán entre Jorge Romero, del grupo de Marko Cortés, y Adriana Dávila a quien encabezará a los panistas en el segundo gobierno de la 4T.

Los nubarrones que se ven sobre la sede nacional del PAN, presagian un diluvio en el que no hay arca ni hay Noé que los salve. Además, ¿hay alguien a quien le importe el futuro del PAN?

 

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