Por. Ivonne Melgar
Apenas nueve minutos tardó en llegar a la tribuna la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde Luján, deteniéndose en el pasillo para algunas selfis y, en especial, para saludar a Ricardo Monreal.
Y es que el jefe de la mayoría de Morena en el Palacio Legislativo de San Lázaro, es el mismo que dos sexenios atrás fue su coordinador, cuando la ahora titular de la SEGOB incursionó en la vida parlamentaria como diputada de Movimiento Ciudadano, una bancada que entonces era obradorista.
Ya en la mesa directiva, la funcionaria correspondió a los saludos y abrazos de sus integrantes, destacando el de la cortesía con la vicepresidenta del PAN, la diputada Kenia López Rabadán.
Pero destacaron sus intercambios de evidente afecto con la presidenta Ifigenia Martínez y su compañero de lucha de años atrás, el ahora presidente de los senadores, Gerardo Fernández Noroña, cuya destacada investidura en esta sesión de Congreso General era una evidencia más del carácter de reivindicación y pinceladas de revancha que este primero de septiembre tenía para los representantes de Morena y sus aliados del PT.
Y es que las referencias al pasado, defenestrándolo, enmarcaron las intervenciones de quienes corearon con énfasis el “¡Es un honor estar con Obrador!” y el todavía novedoso “¡Presidenta, presidenta!”.
En sus dichos y recuerdos punzaba la herida de hace 18 y 12 años, cuando hablaron de fraude electoral en contra del candidato presidencial del PRD, PT y MC, y de la llamada operación Mónex, y las entregas de los últimos informes de Vicente Fox y Felipe Calderón se convierten en escenarios de protesta, protagonizadas entonces por el ahora senador Noroña, el diputado Monreal y la secretaria Alcalde Luján.
A esos tiempos se refería la funcionaria cuando pidió nunca olvidar que el Sexto Informe “representa la lucha de muchos años, no solo de un hombre sino de millones de mujeres y hombres que desde hace muchos años decidieron acompañarlo”.
Y de frente a la que ya se conoce como la súper mayoría legislativa, diputados y senadores de Morena, PT y PVEM, la secretaria de Gobernación saboreó el momento: “Muchísimas, muchísimas gracias, querida Ifigenia Martínez, presidenta de la Cámara de Diputados. Senador Fernández Noroña, presidente de la Cámara de Senadores, –qué bien se escucha eso–, diputadas, diputados, senadoras, senadores”.
Con esa certeza, la de contar con los votos suficientes para aprobar todas las reformas pendientes del Plan C que contiene las iniciativas del presidente López Obrador, la funcionaria que el próximo domingo será catapultada dirigente nacional de Morena omitió dirigirse a la oposición, así como el protocolo que invita al análisis legislativo a lo hecho por el Ejecutivo.
Y empleando los términos de su partido, se limitó a convocar los suyos a concretar los 17 dictámenes del Plan C: “Les toca a todas y todos ustedes, verdaderos defensores del pueblo, tomar la última palabra y decidir qué sucederá. Ustedes seguirán haciendo historia”.
También el coordinador de los diputados del PT, Reginaldo Sandoval, rememoró los años en que acompañaron a López Obrador, subrayando que gracias a su partido ganó la jefatura de gobierno en el año 2000, “porque si no hubiera ganado (Santiago) Creel y otra sería la historia”. Y no perdió la oportunidad de señalar que nunca se reunieron con el presidente Felipe Calderón y que en 2012 fueron en todo con el actual mandatario, mientras se daba ese año, señaló con sorna, “la alta traición del PRD y de su dirigencia ¿y dónde está ahora el PRD?”.
Aunque en 2006 y 2012 el PVEM era aliado del PRI, hoy el coordinador de sus diputados, Carlos Puente, expresó reconocimiento y admiración “a nuestra máxima líder, la doctora Claudia Sheinbaum”, definiendo su pronta llegada a la Presidencia como “el fin de la transición a la democracia”, como resultado de una reconfiguración de la vida pública emprendida por el presidente López Obrador.
Con mayor vehemencia, el senador Ignacio Mier Velazco, quien fuera el jefe de la diputación morenista en la anterior legislatura, y de antecedentes priistas, se dirigió a los representantes del PAN, quienes habían reclamado el tono partidista del mensaje de la secretaria Alcalde Luján: “Les dejo una impronta a Acción Nacional que los va a animar aún más, es un honor estar… (corean: estar con Obrador). Es un honor estar con Claudia, hoy”.
Y sin soltar la obsesión del sexenio con la oposición panista, el poblano destacó: “Vamos a hacer en poco tiempo lo que no hizo en seis años Felipe Calderón, incluido respetar al pueblo, respetar a sus compañeros”.
Al solicitar a la Mesa Directiva que se incluyera en el diario de los debates el extrañamiento por el mensaje partidista de la titular de la SEGOB, el diputado Federico Döring (también aludió al pasado: “Cuando cambiamos la Constitución hace varios años, a propuesta, irónicamente del entonces senador Pablo Gómez, sus palabras eran, que este es el día del Congreso y no de la Presidencia. Que no necesitaba México, jamás, otro día donde el gobierno se dedicara a mentir propagandísticamente y engañar al pueblo de México. Esta es otra promesa y otro postulado histórico de la izquierda que varios han traicionado”.
*Texto tomado de Excélsior