Por. Saraí Aguilar
Hay noticias que pueden tener toques agridulces. Por primera vez en México se tendrá una Secretaría de la Mujer.
Si bien hace unas semanas la presidenta electa Claudia Sheinbaum había afirmado que no tenía en sus planes hacer del Inmujeres una secretaría de Estado, al parecer una iluminación de último minuto la hizo cambiar de opinión.
“Después de un análisis profundo de opiniones de compañeras y de la propia titular del Instituto de las Mujeres (Nadine Gasman) tomé la decisión de hacer Secretaría al Instituto de las Mujeres y la titular será Citlalli Hernández Mora”, informó la presidenta electa en conferencia de prensa en su casa de transición.
Sheinbaum enunció que el Inmujeres se eleva a rango de Secretaría debido a que el Instituto es más bien normativo. Y en esto hay una razón para celebrar. Se está elevando la causa de la agenda pro mujeres al nivel de países de avanzada.
Por ejemplo, sólo nueve países de la Unión Europea tienen ministerios dedicados específicamente a promover la igualdad de género, combatir las violencias contra las mujeres y ampliar o velar por sus derechos sexuales y reproductivos. A estos se les suma la existencia de otros mecanismos interministeriales y organismos independientes especializados que actúan en la misma línea. Y de estos nueve, únicamente los ministerios de cuatro de estos países están dedicados exclusivamente a estas competencias. Son los casos de España, Francia, Luxemburgo, y Polonia. En otros cinco países –Alemania, Austria, Dinamarca, Malta y Suecia– los ministerios de igualdad de género aglutinan también otras funciones.
Algunos podrán pensar qué beneficio tiene o cómo se refleja ello. Bueno, los cuatro estados mencionados se encuentran por encima de la media europea en lo relativo a igualdad de género, según la estimación realizada por el Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE) en su Índice de 2023, que situó a los 27 en los 70.2 puntos (Publico.es).
No obstante, en nuestro país hay lugar para la duda y la zozobra. Nadie pone en tela de duda el perfil de Citlalli Hernández, quien desde antes de su participación en la política gubernamental se ha desempeñado como activista. Como legisladora local y federal, ha tenido una agenda que apuesta por la defensa de los derechos humanos, la igualdad de género e incentivar la participación y organización ciudadana y de las mujeres. Sin embargo, hay un reto que deberá enfrentar.
La aún senadora, quien funge como secretaria general de Morena, tendrá que decidir si la Secretaría de la Mujer se mantiene firme en combatir la violencia hacia todas sin sesgos o agendas políticas. Se sabe que una agenda de derechos, de igualdad, puede ser incómoda al poder. Su principal reto será demostrar que el activismo no se cambia por un cargo público. Sería una lástima que recorriese el camino de Rosario Piedra al frente de la CNDH.
Esperemos que Citlalli centre la agenda de la nueva Secretaría en las mujeres y en sus luchas, no en la agenda presidencial o partidista.