La niñez es una etapa maravillosa. Descubrimos el mundo a nuestro alrededor, vamos a la escuela, hacemos amigos, jugamos y vamos lentamente aprendiendo a hacer cosas de adultos con el fin de que, en un futuro, seamos seres funcionales.
Sin embargo, ¿qué sucedería si a los 8 o 9 años un menor experimenta los cambios fisiológicos y psicológicos que se supone deberían suceder en la adolescencia? Este fenómeno se conoce como pubertad precoz, que es el desarrollo temprano que se presenta más en mujeres que en hombres, con una relación niña/varón de 10:1, de acuerdo con el estudio Variantes de la pubertad precoz en las niñas, realizado en 2021.
Cabe señalar que en los últimos años este fenómeno ha ido en aumento; sin embargo sus causas todavía no han sido determinadas.
Beatriz Macouzet Menéndez, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM, definió la pubertad precoz como “un inicio adelantado de la pubertad donde los cambios hormonales comienzan a afectar a las niñas antes de los 8 años y a los niños antes de los 9. Es un proceso difícil para la niña o el niño que lo padece, porque se ven y se pueden ver y sentir distintos a sus compañeros”.
Los cambios físicos que presentan las niñas en la adolescencia precoz son los siguientes:
- Desarrollo de senos antes de los 7 u 8 años de edad
- Inicio de la menstruación antes de los 10 años de edad
- Rápido aumento en estatura antes de los 7 u 8 años de edad
Los cambios físicos que presentan los niños en la adolescencia precoz son los siguientes:
- Aumento del tamaño de los testículos y el pene
- Rápido aumento en estatura antes de los 7 u 8 años de edad
De igual manera, niñas y niños presentan:
- crecimiento del vello púbico, axilar o facial
- agravamiento u oscurecimiento de la voz
- desarrollo óseo temprano
- acné
- olor corporal
- poca estatura
Familia, muy importante para superar esta situación
Macouzet Menéndez indicó que la familia juega un papel fundamental para el adolescente precoz. Los padres deben reflexionar sobre qué acciones pueden llevar a cabo para acompañar a los menores, ya que al verse “diferentes” a sus compañeros, pueden atravesar situaciones difíciles que pueden provocar un sentimiento de inseguridad y depresión.
De igual manera, la docente recalcó que “es importante un involucramiento de las escuelas, y sería positivo abrir espacios en donde se pueda verbalizar lo que está ocurriendo, donde los chicos puedan realizar preguntas sobre lo que les está pasando y puedan ir reconociendo y aceptando lo que están sintiendo en esta nueva etapa”.
Macouzet recalcó que “la adolescencia implica implica un trabajo de simbolización de lo puberal y de construcción de una identidad propia”. Agregó que “los niños y los niños que viven una pubertad precoz se enfrentan al reto de asimilar sus cambios hormonales y corporales en un tiempo cronologicamente distinto al de sus compañeras”.
Por otro lado, manifestó que los adultos en especial deben tener una actitud de apertura con los adolescentes precoces y hablar de la sexualidad, pero hacerlo con precaución porque “vivimos en una sociedad que tiende a pensar la sexualidad de los niños y niñas desde una mirada adulta en lugar de escuchar sus dudas con relación a sus cambios, su identidad y sus vínculos afectivos”.
Repercusiones sociales
En la adolescencia es normal presentar malestares psíquicos, pero cuando estos se vuelven agudos, pueden surgir problemas, tales como el consumo de drogas, trastornos alimenticios y autolesiones. Esta situación puede afectar en un mayor grado a los adolescentes precoces, ya que se “adelantaron” en esta etapa.
La profesora Macouzet Menéndez explicó que en la adolescencia hay tanto movimientos progresivos, en los que el adolescente empieza a buscar su independencia, como movimientos regresivos, en los que “vuelve” con las figuras de identificación: los padres. Sin embargo, destacó que “cuando las condiciones sociales no son las adecuadas, o cuando estos cambios son muy fuertes, a veces los adolescentes buscan más estimulación”.
“Al buscar llenar una sensación de vacío, los jóvenes tienden a sobresaturarse y empiezan a consumir sustancias o presentar trastornos alimenticios, en donde mucho tienen que ver los discursos de que “la belleza es delgadez”. De igual manera, los adolescentes pueden lastimarse su cuerpo porque tienen tanto dolor psíquico que buscan de alguna manera descargarlo por medio del dolor físico, y esto los lleva a situaciones de riesgo”, detalló la docente.
Cuando la adolescencia se adelanta, sus efectos también llegan de manera más temprana, por lo que Macouzet Menéndez reiteró que es importante que los padres estén al pendiente de sus hijos.
UNAM Global