Por. Fernando Coca
Donde ya no hay mucho que repartir es en el PRD, pero lo que queda será una guerra a muerte.
Lo que se vivió en la Ciudad de México en donde Jesús Zambrano reventó al comité encabezado por Nora Arias es el ejemplo de lo que querrá hacer Chucho segundo en donde todavía existan recursos para financiar su idea de fundar un nuevo partido de “izquierda”, o lo que Los Chuchos entiendan por eso.
En el PRI, que ni sombra es del poderosísimo partido único que gobernó 70 años ininterrumpidamente, el botín es mucho mayor.
Por desgracia para los opositores de Alejandro Moreno, los legisladores que tiene bajo su mando serán el principal dique para renovar o reinventar al tricolor.
No hay una corriente interna que haya mostrado fuerza para confrontar a Alito y sus aliados, ni en la estructura, ni en los sectores, las organizaciones o los comités directivos estatales o municipales, donde existen.
El PRI, parece que tiene en Alito a la chuchería tricolor.
En el PAN ya no aguantan a Marko Cortés. Su poca inteligencia política y la estrategia de unirse al PRI llevó al panismo a desdibujarse.
Pero la burocracia panista parece que optará por cambiar a Marko por un perfil similar: Jorge Romero. Dueño del panismo en la Ciudad de México, el diputado Romero se apunta a dirigir al partido que representa la principal fuerza opositora del país.
Para nada dejarán pasar al sonorense Damián Zepeda, critico de la actual dirigencia y opositor recalcitrante a la alianza con el PRI. Ser claro en el rumbo que debe seguir el PAN del futuro, hace que Zepeda no tenga oportunidad alguna para regresar a la presidencia de su partido. Los intereses financieros y políticos de la actual dirigencia no son compatibles con el senador, pero pueden empatar con el grupo de Romero.
Así, la oposición estará en dos pistas una vez que comience la nueva legislatura, una, tratando de hacer frente al avasallamiento de la bancada morenista y, por el otro, intentando disminuir a la mínima expresión a la disidencia interna.
En tanto eso sucede en Insurgentes Norte y en la colonia Del Valle, MORENA estará ejerciendo un mandato en el que ni PRI ni PAN tendrán oportunidad de maniobrar para impedir se aprueben las reformas impulsadas desde Palacio Nacional.
La mezquindad de Alito, de Marko y de Chucho segundo llevaron a sus partidos al abismo y ahora tienen en el camino una lucha interna para quedarse con las ruinas de los partidos que algún día fueron importantes.
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