Por Fernando Coca
Marko Cortés y Alejandro “Alito” Moreno fueron presidentes del PAN y del PRI casi todo el sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
Bajo su “liderazgo” perdieron todo, desdibujaron a sus partidos y su personalísima forma de dirigir sus institutos políticos los llevó al abismo.
Ambos han sido legisladores, diputados y senadores. “Alito”, además, fue gobernador de Campeche.
En 1989, el PAN ganó su primera gubernatura, Baja California.
En 2018 gobernaba las dos Baja California, Chihuahua, Durango y Nayarit. Estaban bajo un gobierno panista
Aguascalientes, Querétaro y Guanajuato. Tenía el poder en Tamaulipas, Yucatán y Quintana Roo.
Para 2022 sólo gobernaba Chihuahua, Querétaro, Guanajuato Aguascalientes y Yucatán. Todas las derrotas en el periodo de Marko.
El caso de “Alito” no es diferente. De gobernar todo el país, el PRI comenzó su debacle en 1997, se fue en tobogán en el 2000 cuando perdió la presidencia, pero con la administración de Enrique Peña Nieto, el tricolor ya no tenía personalidad.
Él llegó en el 2019, cuando el PRI gobernaba 12 estados. Bajo su dirigencia perdió todo. Hoy sólo tiene fuerza en Coahuila y Durango. Lo peor que le ocurrió al otrora partido invencible fue salir derrotado en el Estado de México, principal bastión del priismo nacional.
Tanto “Alito” como Marko serán senadores. Tendrán vigencia legislativa (al menos para cobrar cada quincena) pero luego de los resultados del domingo, no sólo son un lastre para sus partidos sino para la política nacional.
Perdedores en toda la extensión de la palabra, Marko Cortés y Alejandro Moreno deberían renunciar no sólo a las dirigencias del PAN y del PRI sino hasta de sus lugares de seguridad que se otorgaron previendo la debacle.
Un personaje menor es Jesús Zambrano que, junto con su tocayo Ortega hicieron del PRD una caricatura del partido que dirigieron Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo y Andrés Manuel López Obrador.
La ambición de los chuchos llevó al PRD a ser la burla de la política. Hoy son más relevantes el Verde, el PT y Movimiento Ciudadano.
Ese trio resultó una calamidad para la oposición. Los tres hicieron un gran negocio al convertir a sus partidos en membresías de pésima calidad.
Si a sus partidos no les sirven, a la política y al país, menos.
La Letrina
Las voces que culpan a quienes votaron por Claudia Sheinbaum y por los candidatos de MORENA no entienden que el análisis político no se hace desde los deseos propios sino desde la dura realidad.