Por. Fernando Coca
En el debate entre quienes aspiran a gobernar la Ciudad de México se habló del tema del agua, su carencia, su necesidad de cuidarla, la intención de rehabilitar la infraestructura hidráulica y la de regenerar, al menos, el Río de la Piedad.
Esta última propuesta la hizo el contrincante de Clara Brugada y Santiago Taboada, el emecista Salomón Chertorivski.
Cuando lo escuché recordé una plática que semanas antes tuve con la comisionada del INFOCDMX Laura Lizette Enríquez, sobre el tema. Y también recordé lo que, seguramente, llevó al candidato del MC a proponer la rehabilitación del Río de la Piedad, el proyecto de Teodoro González de León y Alberto Kalach: Vuelta a la Ciudad Lacustre.
La Ciudad de México, y gran parte de lo que es la zona conurbada del Estado de México, está asentada sobre lo que fue un conjunto de lagos interconectados a los que llamamos coloquialmente el Lago de Texcoco.
Ese lago se extendía de Chalco a Zumpango y de Texcoco a Tacubaya, alrededor de 2 mil kilómetros cuadrados, según las estimaciones de los estudiosos del tema.
Nuestros lagos fueron salinos y de agua dulce. En los primeros encontramos a Texcoco, Zumpango y Xaltocan, mientras que los de Xochimilco y Chalco eran de agua dulce que sólo eran aprovechables en temas de agricultura.
Las mentes de González de León y Kalach estaban acompañadas de las de Gonzalo Celorio, Juan Palomar, Gustavo Lipkau, Humberto Ricalde, Eduardo Vázquez Marín y muchos más que pretendían la regeneración urbana, económica y ecológica de nuestra ciudad y del Estado de México.
En septiembre de 2011, Teodoro González de León escribía en Letras Libres que Vuelta a la Ciudad Lacustre “es un proyecto totalmente factible, que propone una infraestructura -con un nuevo manejo del agua-, que nos reconcilia con la geografía que habitamos, dañada y olvidada por una inercia que heredamos de la Colonia”.
Agrega González de León que los españoles no entendieron la infraestructura de la ciudad que hacia armoniosa la presencia del agua con el asentamiento que ahí existía. A la fecha seguimos sin entender la naturaleza del Valle de México.
Hubo, sí, proyectos que pretendieron rehabilitar parte de nuestra esencia lacustre. Queda el lago Nabor Carrillo, pero el proyecto que emprendió con Gerardo Chuickshank y Fernando Hiriart de crear y reconectar lagos para diversas tareas hidráulicas, quedó sólo en el diseñado por el primero, como se plantea en el texto que recupero A10/studio (estudio de diseño multidisciplinario) que retoma Vuelta a la Ciudad Lacustre, proyecto al que catalogan como viable, flexible y de largo alcance.
Decía González de León en el texto publicado por Letras Libres que la recuperación de los lagos era aún factible pues la tierra alrededor aún estaba libre -y en algunos casos sigue estando sin urbanizarse- y proponía “podemos recrear esos lagos creando polos de desarrollo urbano. Lagos interconectados que absorban las demasías y se alimente de agua tratada de nuestros drenajes. La evaporación crearía microclimas más templados (hace unos días llegamos a los 34 grados centígrados en la CDMX), y disminuiría sensiblemente la contaminación”.
Es más, daba una solución al conflicto del aeropuerto de la CDMX, construirlo en medio del lago. El IAFA, también está construido en una zona similar a la de Texcoco.
La falta de agua en la ciudad ha provocado que se sustraiga agua de pozos con una profundidad que va de los 100 a los 300 metros lo que convierte a la superficie de la Ciudad de México, en voz de Marisa Mazari, investigadora del Laboratorio Nacional de Ciencias del Instituto de Ecología de la UNAM en una “gran gelatina”.
Mazari Hiriart destaca que “el área que fueron lagos es sísmica, y si además le ponemos más leña al fuego con fallas, fracturas, permeabilidad, formaciones geológicas, pozos, cambios de uso de suelo, pérdida de biodiversidad, así como densidad poblacional, territorios de actividades productivas, y le sumamos el cambio climático, lo que tenemos es una zona de inminente desastre”. (Publicado en la Gaceta UNAM de septiembre de 2023).
Para evitar el desastre, cierro con la última frase de Teodoro González de León en el multicitado texto. “Requiere, para realizarse, del consenso de la población y una estrategia de compromiso entusiasta de los sectores público y privado”.
En las condiciones actuales de polarización política, esto último no sucederá jamás.
La Letrina. Salomón, Cherto, tal vez fue la emoción de escuchar el plan de rehabilitar el Río Piedad lo que me impidió oír que tu propuesta estaba inspirada en el proyecto de González de León y Kalach. Nada quita el reconocer que la idea te vino a la mente después de leer Vuelta a la Ciudad Lacustre, que también proponía eso, rehabilitar lagos y ríos de nuestra ciudad (lo que hoy es necesario en la Megalópolis).
Fuentes:
https://letraslibres.com/revista-mexico/vuelta-a-la-ciudad-lacustre/
https://www.a10studio.net/re-visita-a-la-ciudad-lacustre/
https://www.gaceta.unam.mx/es-cdmx-una-gran-gelatina-en-su-zona-sismica-y-lacustre/