Por. Adriana Luna, corresponsal
Jalisco.- Políticos chapulines brincan de cargo en cargo sin que nada se los impida, como en cada proceso electoral, no importa si son acusados de violentar la salud y los derechos humanos de la gente. José Aurelio Fonseca Olivares, fue acusado por al menos siete trabajadores de no cuidar su salud y a pesar de distintos padecimientos, eran obligados a trabajar para el Ayuntamiento de Atotonilco El Alto, Jalisco.
Hoy es alcalde con licencia porque busca ser diputado local por el PRI en el Distrito 15. Ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHJ) fue presentada una queja por parte de los afectados y aunque se hicieron acuerdos para brindarles atención médica – se enteraron después los quejosos-, nada cambió en su situación.
Una de las afectadas sufre dolores fuertes porque al trabajar en Aseo Público le cayeron lixiviados a un pie, poco después sus heridas comenzaron a enllagarse. Nunca se le tomó como riesgo laboral y por lo tanto tampoco recibió atención médica. Hubo días en que estuvo trabajando aún con los dedos del pie fracturados, ya que nunca recibió incapacidad para lograr su recuperación. Como la funcionaria pública tiene otros padecimientos, los médicos concuerdan en que ya debería estar pensionada. Sin embargo, nadie se apiada de ella.
Otra de las afectadas lleva una década trabajando para el Ayuntamiento, su labor es recoger basura y limpiar las calles, al tener que empujar tambos de desechos se lastimó las rodillas y hoy requiere cirugía. En lugar de encontrar empatía en su trabajo, lo que recibió fueron palabras insensibles como “si el problema es la pierna, que se la moche”.
En la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco se ratificó la queja presentada en el pasado mes de junio, entonces se argumentó la violación de los derechos a la salud y a la dignidad humana y se presentaron pruebas. Los afectados se enteraron posteriormente que el Ayuntamiento de Atotonilco y la CEDHJ habían llegado a un acuerdo, se dieron diez días para corregir la situación, pero el acuerdo no se respetó.
Al transcurrir ocho meses sin cambio alguno a su situación, recientemente las quejosas regresaron ante la institución para conocer avances en el caso, y se les comentó que en caso de que las autoridades municipales siguieran sin cumplir con lo acordado, se emitiría una recomendación directa. Posteriormente se percataron que al haberse negociado una conciliación, ya no podría haber alguna recomendación, por lo que se sintieron traicionadas.
Los trabajadores del Ayuntamiento sufren para recibir atención especializada y medicamento, no se diga las cirugías requeridas, todavía sin fecha. Ya una persona logró su jubilación, pero el resto sigue sin obtener respuesta. En la Fiscalía General de Jalisco se presentó una denuncia por delitos contra la dignidad humana.
Mientras estos procesos continúan su curso, José Aurelio Fonseca Olivares, a pesar de cualquier omisión a su responsabilidad como alcalde de Atotonilco, ahora aparece en las listas del tricolor para ser votado el próximo 2 de junio como diputado local.