- Para los académicos de la UNAM que “cuentan” con este seguro
Por. Citlalli Berruecos
En estos últimos meses he tenido que llevar los trámites del seguro de gastos médicos de la UNAM/Inbursa para una intervención quirúrgica que le hicieron a mi padre, cosa que ha resultado ser un vía crucis que deja molestia y enojo al no sólo sentir que se pierde el tiempo tratando de acumular documentos necesarios en forma ordenada para recuperar lo invertido y también, entender que el servicio del seguro no es para ayudar y proteger a los académicos de la UNAM, sino para evitar que el seguro “pierda”. En las oficinas de Inbursa y de la UNAM nos refieren a que el contrato se renovó este año y por eso hay cambios de los que muchos no están enterados. Obvio, Inbursa y la UNAM se justifican diciendo que “se avisó”. El único aviso que vi fue un papel pegado en la oficina de Inbursa que casi siempre está vacía en Médica Sur.
Cuando se le cuestiona a Inbursa cualquier cosa, no tardan en culpar a la UNAM como el responsable de las políticas a seguir y cuando se le pregunta a la UNAM, contestan rápidamente que todas son decisiones de Inbursa. Quienes quedan atrapados entre este boomerang de responsabilidades son los académicos de la UNAM, que durante años pagan su seguro para estar “protegidos” ante cualquier problema de salud.
En el 2019, tuve que hacer estos trámites también. En ese año, podían atenderse en hospitales de primer nivel como Médica Sur y el Ángeles. Uno de los cambios de este año es que, si se atienden en alguno de esos hospitales, tendrán que pagar coaseguro pues ya no están en la lista de convenios. Esto es a lo que llamo no negociar para el beneficio de los asegurados pues el deber ser, permitiría al académico escoger donde se atiende sin un cobro extra por hacerlo, como se hacía en el 2019.
He aquí unas recomendaciones después de mi experiencia que igual y les sirven de algo a quienes están en estos procesos. Nota: es mi opinión sobre lo que he vivido y discutido con personal de Inbursa y de la UNAM.
Para que se programe una cirugía se debe pedir una carta pase. Esto se hace llevando documentos de estudios realizados, informes médicos y el aviso de enfermedad. Deben entregarlos en las oficinas con los documentos impresos para que ellos los escaneen. No aceptan archivos electrónicos para este trámite.
El trámite de reembolso después de la cirugía es un tema aparte y más complicado. Para lograrlo a medias, digo a medias ya que seguro no les pagarán todo, deben hacer lo siguiente:
- Llevar impresos los informes médicos y recetas para estudios y farmacia. No se pueden enviar por correo electrónico ni llevar en USB.
- En cambio, las facturas deben enviarse por correo en formato pdf y xml. OJO: Deben apersonarse en la oficina para que les den la cuenta de correo electrónico dónde deberán enviarlos y ahí mismo, frente a quien te atiende, llevar los archivos en el celular para hacerlo pues no se puede llevar un USB porque sus computadoras no tienen lectores para ello.
- Como nota al margen, tuve que hacer el trámite en vacaciones de la UNAM lo cual implicó tener sólo acceso a las oficinas en la tienda de la UNAM. En una llamada telefónica para verificar el recibo de los documentos que había enviado antes a quien atiende en las oficinas de APAUNAM, me dijo que no podía ver sus correos pues sólo llegan a la computadora en las oficinas de APAUNAM, y que no me podía dar una nueva cuenta de correo por teléfono dónde enviarlo. Tuve que ir a Tienda UNAM para que me dieran otra cuenta de correo electrónico. Esto es a lo que llamo la no simplificación administrativa.
- Ahora les viene lo interesante. Rechazan facturas del reembolso y te envían una carta en la que te advierten que debes sustituir las facturas rechazadas y “deberá presentarse al mes inmediato como máximo al día 20 del mes corriente para poder continuar con su trámite de reembolso.” ¿Porqué no pagan lo que no es rechazado? Tuve muchas llamadas y discusiones sobre el tema de “continuar el trámite” cuando de 20 facturas rechazan 4, solicitando reembolsarán lo que estaba autorizado, avisando las que no procedían y el porqué y permitiendo así, que yo decidiera si las cambiaba y las metía en un trámite posterior. Después de lograr que pagaran lo autorizado, en el segundo reembolso me envías de nuevo el mismo texto. Recomiendo que cambien la carta y sus acciones a que diga “Por lo pronto se le reembolsará el monto x que no incluye las facturas mencionadas para que antes del 20 del mes entrante, pueda reingresar las mismas.”
- No sirve de nada si llamas para que aclaren los rechazos y te dicen que llames de nuevo para que puedan evaluar antes de enviar el pago. Te van a depositar lo mínimo y al reclamar de nuevo, te dirán que llames de nuevo cuando tengas el finiquito de lo poquito que te dieron para validar si hay algo que después decidan si procede. ¡INCREIBLE!
En este proceso, he aprendido que:
- Todas las facturas y recibos ahora deben ir a nombre de la UNAM y no del paciente. Recomiendo llevar el CFDI de la UNAM cada vez que generen una factura.
- Deben asegurarse que los médicos facturen en la versión 4.0 del SAT y que en sus facturas digan que “no son objetas de impuestos”.
- Aun cuando solicites a los médicos que cambien sus facturas como te lo pidieron, el seguro seguirá rechazándolas por cualquier otro detalle.
- El seguro sólo reembolsa UNA factura de médico por especialidad al mes al menos que sea por una enfermedad terminal. Esto quiere decir que si, como es nuestro caso, mi padre ingresó a urgencias el día 4 (primera cita con el doctor), salió el mismo día para hacerse estudios, el 17 tiene la segunda cita donde le solicita otro estudio más sofisticado, y el 23 tiene la tercera cita para darle el diagnóstico que debe tener cirugía, ¡SOLO pagan el reembolso de UNA cita! Así que, al parecer, si se quieren enfermar, los médicos deben ser unos buenazos que puedan diagnosticar en una cita sin ningún tipo de estudios que requiera verlos en una o dos semanas del mismo mes. Si se quieren enfermar deben hacer sus citas, una a fin de mes y la otra a principios del mes que sigue, para lograr tener dos citas reembolsadas. Increíble pero cierto.
- Las facturas de farmacia sólo pueden llevar uso de CFDI G03 Gastos en general. Si llevan adquisición de mercancía o gastos hospitalarios, NO se los van a reembolsar. OJO: esto puede cambiar cuando se les de la gana y seguramente no se enterarán hasta que les rechacen sus facturas.
- No se sorprendan si ahora revisan con lupa las facturas para quitar medicamentos que ellos consideran no tienen que ver con el caso, aun cuando TODOS los médicos dan las recetas completas. Al parecer, la idea que tienen es que una persona está hecha en cachitos y no de manera integral; esto es, sólo puedes enfermarte de una cosa y nada tienen que ver los demás sistemas del cuerpo en ello. Si te enfermas del corazón, sólo será corazón. Nada más. ¡Ridículo!
- Al parecer, si tienes registrado algo anterior a estos cambios en su sistema siendo el mismo seguro, ahora no te pagarán nada por ello. Me parece que asumen que si en el 2022 tienes registrado que estás mal del riñón, con estos cambios del 2023, milagrosamente estarás curado y si no, tendrás que usar tus ahorros, porque no te pagarán nada.
- No te pagarán laboratorios a domicilio aun cuando por complicaciones de la cirugía no puedas caminar y no puedas ir al laboratorio.
Uno pensaría que después de más de 50 años de pagar un seguro de gastos médicos a través de la UNAM, se estaría protegido para cuando fuera necesario. En el 2019, el seguro Inbursa de la UNAM permitía que el trámite fuera más sencillo, que pudieran atenderse en hospitales de primer nivel, tener las consultas médicas y medicamentos necesarios. Hoy, todo este proceso complicado termina haciendo que uno quiera abortar la misión para recuperar el dinero, cosa que NO debe ser pues para eso se paga el seguro.
Me molesta escuchar opiniones normalizadas como “pero eso ya lo sabemos, los seguros lo que quieren es dinero y no pagar nada” y “ de nada sirve que te quejes, hacen lo que quieren”. A mi parecer, eso NO debe ser y deben encontrarse mecanismos para que lo importante sea la salud de la persona y no el dinero. y que la UNAM debería ver por sus académicos.
Como no acostumbro sólo escribir de manera quejumbrosa, propongo que los académicos de la UNAM levanten su voz; que el sindicato de los académicos de la UNAM y quienes sean responsables, validen las condiciones de estas nuevas condiciones del seguro pensando en el bienestar de sus profesores y no en el reembolsar lo menos posible; que vean a la persona como persona y no en cachitos; que agilicen sus trámites administrativos, y que tengan atención especializada integral para personas adultas mayores quienes en muchos casos, no pueden llevar archivos en un celular. Son miles los profesores de la UNAM, y supongo que muchos millones de pesos que recibe Inbursa por tener la exclusiva del seguro de gastos médicos mayores. ¿Y si la UNAM hace convenio con varios seguros para que el profesor pueda escoger quien le da mejor servicio? La competencia sería mejor opción para sus ahora “beneficiarios”.
En resumen, sé que mis palabras a lo mejor no se leerán y no servirán de nada. Por lo menos para mi, son un desahogo de enojo ante el abuso existente.