Por. Ivonne Melgar
Al fiscalizar los servicios de salud sexual y reproductiva en la población sin seguridad social, la Auditoria Superior de la Federación (ASF) reveló que la limitada capacidad en los servicios estatales de salud para prevenir, diagnosticar y dar tratamiento al cáncer de mama y cervicouterino se traduce en la desatención del 46 por ciento de las mujeres que presentan una neoplasia.
Así lo revelan los datos de lo sucedido en 2022 en los servicios estatales de salud que reportaron haber referido a un centro oncológico a mil 830 mujeres con diagnóstico confirmado: mil 405 por cáncer de mama y 425 por cáncer cérvico uterino.
Esas pacientes sin embargo representaron sólo el 54 por ciento de las 3 mil 382 mujeres con diagnóstico confirmado ese año.
Sea porque los mastógrafos están descompuestos o porque hay desabasto de los reactivos para las citologías, el hecho es que ni siquiera se cumplen los bajos objetivos de cobertura que van del 10 al 25 por ciento de la población que carece de filiación en el IMSS o ISSSTE.
Los servicios estatales de salud contaron ese año con 242 mastógrafos en funcionamiento, por lo que, en promedio, hubo un mastógrafo por cada 73,537 mujeres que requerían el servicio.
Aun cuando entre las pacientes atendidas la presencia del cáncer cervicouterino es del 9.4 por ciento, las autoridades del sector salud no han redoblado los esfuerzos para detectarlo entre el más del 90 por ciento de las mujeres que se queda fuera de ese servicio.
PROBLEMAS DE OPERACIÓN
Los problemas de operación también incluyen cambios en los tipos de convenio que se hacen con las autoridades estatales, pero también en los proveedores de pruebas de detección.
Las fallas en el sistema de prevención también se dan en la contratación tardía del personal operativo, así como por la cambiante infraestructura física de operación y los inadecuados espacios para toma de las muestras.
La revisión de la ASF muestra que el 33 por ciento de los casos sospechosos de cáncer de mama, de acuerdo con el examen de mastrografía, quedaron fuera del seguimiento diagnóstico que el protocolo correspondiente indica.
En la segunda entrega de la Cuenta Pública de 2022, se comparan los datos de ese año con lo sucedido entre 2018 y 2021.
Así, de las 505,482 mastografías realizadas a las mujeres de 40 a 69 años, responsabilidad de la Secretaría de Salud, en 2022, el 0.8 por ciento (4,180 mastografías) tuvo un resultado positivo.
Esa cobertura sin embargo sólo cubrió al 10 por ciento de la población objetivo, una cifra inferir al 12 que se había programado originalmente y que resulta baja si consideramos la gravedad del problema en México.
“Se tuvo un avance menor al planeado por reajustes en los tiempos de atención, y retraso en el mantenimiento o reparación de mastógrafos”, se justificó.
La ASF señala que los datos proporcionados por las entidades fiscalizadas fueron deficientes en su calidad y confiabilidad. Pero además los auditores alertan que ni siquiera existen acciones específicas para prevenir y controlar dichos cánceres, los cuales figuran entre las principales causas de muerte entre las mujeres en México.
Cabe recordar que, en 2022, año revisado por la ASF y cuyo reporte fue entregado a la Cámara de Diputados este martes 31 de octubre, todavía no se eliminaban las normas oficiales para el tratamiento de esos padecimientos, hecho que se consumó hasta 2023.
FALTA EQUIPO
La revisión se realiza a los convenios realizados entre la Secretaría de Salud y las 32 entidades federativas.
Uno de los datos más alarmantes de la auditoria es el correspondiente a la escasez de equipamiento para la detección y el diagnóstico del cáncer de mama, así como la falta de seguimiento y apoyo de la autoridad federal para que este problema se subsane.
Tampoco existe información fidedigna, se alerta, sobre las necesidades de infraestructura y equipamiento en los Servicios Estatales de Salud, para cubrir la demanda insatisfecha en detección y diagnóstico de las neoplasias cervicouterinas.
Aunque según los informes gubernamentales, en 2022 se capacitó en toda la República a mil 179 personas para prevenir ambos cánceres, no hubo comprobación documental que así lo acreditara.
Tampoco hubo evidencias de que se hubiera cumplido con las campañas de prevención que los planes de trabajo original incluían.
BAJA COBERTURA
La detección del cáncer de mama vía la exploración clínica, a las mujeres de 25 a 39 años, representó una cobertura del 7.4 por ciento con respecto a las 8 millones 406 mil 910 mujeres que debería cubrir.
En cuanto a la cobertura de citología cervical, se programó que, en 2022, se cubriría al 11 por ciento de las mujeres de 25 a 34 años. Sólo se logró el 9.4 por ciento “debido a insumos insuficientes, cambio de proveedor de pruebas de detección, contratación tardía de personal operativo en químicos, infraestructura física de operación cambiante, espacios inadecuados para toma de muestra”.
Otro dato de alarma es el deficiente seguimiento a los casos de mujeres que sí fueron examinadas.
“En 2022, las mujeres a las que se les realizó evaluación diagnóstica de mama fueron 2,811, que significaron el 67.2 por ciento de las 4,180 mujeres con resultado BIRADS 4 y 5, porcentaje menor en 22.8 puntos porcentuales que el previsto de 90 por ciento”.
Y la misma insuficiencia en el seguimiento se observa en el cáncer cervicouterino:
“En 2022, fueron 17 mil 71 las mujeres a las que se les realizó la evaluación colposcópica para cáncer cérvico uterino, que representaron el 49.9 por ciento de las 34,184 mujeres con caso sospechoso de cáncer cérvico uterino, porcentaje inferior en 30.1 puntos porcentuales al previsto de 80 por ciento”.
Por tipo de enfermedad, las cifras del sector salud reportan que se refirió a un centro oncológico al 47.5 por ciento (1,405 mujeres) de las 2,956 mujeres con diagnóstico confirmado de cáncer de mama; mientras que, en el caso de cáncer cérvico uterino, fue al 99.8 por ciento (425 mujeres) de las 426 de las mujeres con diagnóstico confirmado.
FOCOS ROJOS
Las supervisiones de la ASF detectaron deficiencias en el seguimiento a las usuarias con resultados anormales en las pruebas de detección; falta de personal especializado y capacitado; problemas con la infraestructura, equipo especializado e insumos necesarios para la operación del programa; errores en la toma de muestras y seguimiento de los resultados; falta de atención a usuarias con resultados positivos; problemas con el uso de recursos ministrados para el programa; errores en la captura de datos en los formatos, y deficiencias en la productividad de las unidades médicas.
DATO
Los servicios estatales de salud contaron con 257 colposcopios, por lo que, en promedio, hubo un colposcopio por cada 65,853 mujeres que requieren la citología para prevenir el cáncer cervicouterino.