Por. Saraí Aguilar
En medio de huracanes políticos y naturales, finalmente el INE aprobó que los partidos políticos postulen al menos cinco mujeres en los nueve estados donde habrá elecciones para gobernador el próximo año. En este sentido, considero que este tema es importante pero no novedoso, porque con esta decisión sólo se está garantizando lo que establece la Constitución.
Mientras en el país se lidia con los desastres ocurridos tras el paso de Otis en Guerrero, en la arena política ha pasado desapercibida la resolución del INE respecto al número de gubernaturas para cumplir con la paridad de género constitucional.
Si bien para algunas activistas es suficiente el simple hecho de tener la acción afirmativa, es momento de hacer una introspección dentro de la misma agenda feminista para reflexionar si la paridad es realmente sustantiva y si, además, no se está en riesgo de caer en un populismo de género.
De acuerdo con el Sistema de Indicadores de Género de Inmujeres, en la actual legislatura de la Cámara de Senadores, las mujeres representan 50.8 por ciento del total (128). En la Cámara de Diputados la representación femenina corresponde a 48.2 por ciento de los 500 integrantes.
En las alcaldías, la participación de las mujeres al frente de los municipios en el país ha logrado un avance en los últimos años hacia un porcentaje de doble dígito. Con datos oficiales del Sistema de Indicadores de Género (SIG) de Inmujeres, el porcentaje de mujeres alcaldesas pasó de ser en 1998 del 3.52% al 22.18% en 2021.
Los datos numéricos son de un gran avance, igual en gubernaturas se han incrementado. Estamos, además, ante la posibilidad real de la llegada de una mujer a la Presidencia. Por lo cual, es momento de exigir que los perfiles de las mujeres que llegan al poder a través de la lucha de muchas y con los votos de todas no solo sean cuotas, sino que cumplan con las expectativas. Y para muestra está Guerrero.
Evelyn Salgado ha dado muestra de que las desgracias pueden venir acompañadas con una pésima gestión. Mientras el estado colapsaba bajo los estragos de Otis, su ausencia era notoria y solo se sabía de ellas por tuits. En ellos informó que el pasado 25 de octubre estuvo en el Centro de Mando de Acapulco trabajando con autoridades de los tres órdenes de gobierno para atender la emergencia derivada del huracán. Sin embargo, llamó la atención que no ha compartido fotos de su labor en campo. Y una senadora, Antares Vázquez Alatorre, respaldó a la mandataria con fotos viejas.
¿Es esto lo que esperamos al aumentar el número de mujeres frente al gobierno? No. Y exigir no es violencia ni exceso de demanda por género. No son mujeres de a pie las que llegan, sino aquellas que ya han roto el techo de cristal y comparten ahora responsabilidad con las cúpulas del poder. Solo dar cuotas y prebendas por ser mujeres, sin revisar y exigir por igual, nos llevará al poder por el poder. A feminismos populistas, destinados al beneficio de aquellas que ya son beneficiadas.