Por Marisa Iglesias
“No es una buena noticia”, dice Ciro con expresión seria en su programa de radio. “No lo es porque la desgracia de alguien nunca es una buena noticia. Así sea la de alguien que quiso matarme”. Híjoles… Se nos volvió demasiado bueno… Porque sin duda, para quienes lo conocemos y lo queremos, la detención de Armando Escárcega, alias El Patrón, anoche en Delano, California, es un hecho relevante y cambia poderosamente la percepción pública sobre el atentado que vivió, y sobrevivió, en diciembre el año pasado. La investigación no está empantanada, como durante meses pareció estar. Las autoridades no la han abandonado. Las cosas se mueven. Hay resultados. Y eso, indiscutiblemente, es una buena noticia.
Anoche, al enterarme de la captura de El Patrón hacia las 8 PM me sentí contenta por Ciro. Porque como mucha gente que lo conoce y lo quiere, deseo que el atentado en su contra no quede impune. Que se sepa quién lo mandó matar. Y por qué razón lo mandó matar. Y que se le castigue, sin atenuantes, conforme a la ley. Pero esta mañana escucho a Ciro afirmar que él no lo está: “No estoy contento. Estoy sorprendido. Interesado en saber qué es lo que sigue”, dice, buscando y encontrando la mesura. Y remata con un generoso “Y agradecido”.
Además, hace una precisión fundamental. No se puede considerar a El Patrón como el autor intelectual del atentado en su contra, como algunos medios lo han presentado. Al menos no aún porque eso todavía no se sabe. Y lo más probable es que no sea así. “Es la persona que coordinó, pagó y proveyó de armas, casas de seguridad y drogas al grupo de delincuentes que llevó a cabo el atentado”, dice Ciro. Hasta ahí. Es muy riguroso en eso. Pero reconoce que la caída de Escárcega “podría aportar información sustantiva para saber quién me quiso matar y por qué”.
Y luego reflexiona sobre qué tanto podría escalar la cadena de intermediarios. Si El Patrón no fue el autor intelectual del atentado, ¿quién lo contrató a él para matar a Ciro? ¿Y quién podría haber contratado al que contrató a El Patrón? Y así sucesivamente hasta llegar ¿a dónde?… ¿Habría un final, un finalista? ¿Se podría llegar hasta allá? Veo en Ciro su innato escepticismo y esta vez lo comparto. Ojalá me equivoque.
Sin embargo sigo pensando que la caída de El Patrón hará avanzar la información y permitirá entender un poco, quizá un poquito, más. Y eso es una buena noticia.
Ciro, mientras tanto, sigue con su vida. Dos noticieros al día. 3 horas 45 minutos al aire diarios. Reporteros, redactores, diseñadores gráficos, editores, postproductores, staff de estudio, staff de cabina. Acaba de cumplir 66 y está en buenísima forma. Es un guerrero imbatible.
Que El Patrón abra el camino, querido Ciro. Que pronto conozcamos la verdad. La incertidumbre es mucho más cabrona.