«ACTOS DE PODER» No fue una encuesta democrática - Mujer es Más -

«ACTOS DE PODER» No fue una encuesta democrática

Por. Fernando Coca

@Fercoca

La revelación de la secretaria general/senadora/coordinadora de campaña de Claudia Sheinbaum, Citlalli Hernández, respecto a que la encuesta de MORENA para determinar quién sería la persona que coordinara los comités de la 4T pasaba por una ponderación de cada voto, confirmó lo que el ala que apoya a Marcelo Ebrard sostiene: hubo fraude.

Además de la anulación del 14.1 por ciento de las urnas, la existencia de 2 mil 500 boletas impresas de más “por lo que se ofreciera” y la negativa de permitir la presencia de los representantes de Ebrard en el conteo de los votos, hacen de la encuesta de MORENA un ejercicio lleno de opacidad, nada democrático y digno del viejo régimen al que se combatió durante varios lustros.

¿Vale lo mismo un voto de un campesino de la sierra de Guerrero, que el de una señora que es empresaria y vive en Las Lomas? Para la dirigencia de MORENA no es así, hay que ponderarlos, dijo la senadora Hernández.

¿Es suficiente que la ventaja de Sheinbaum sea de dos dígitos ante Ebrard? No, definitivamente pues bajo la revelación de Citlalli Hernández, tendríamos que saber cuántos votos obtuvo ella en la sierra de Guerrero y cuántos votos obtuvo él en las zonas metropolitanas. ¿Será que el voto serrano valía 100 y el voto de la urbe sólo contaba medio punto? Parece que así fue.

Dejemos aparte la famosa ponderación para identificar la parte más obscena de la encuesta: el programa Centinela que consistió en llevar brigadas de promoción de Claudia Sheinbaum a las secciones electorales en las que se haría la encuesta. Esta acción ya merecía, entre otras cosas, la anulación de la encuesta y reponer el ejercicio. El PRI de los 70, 80 y 90 palidece pues ni sus ratones locos, el robo de urnas o la cooptación para votar por la bandera tricolor llegó a tanto.

Lo que le han hecho los dirigentes de MORENA (Delgado y Hernández) al movimiento que encabeza López Obrador no tiene nombre. Pusieron en riesgo la continuidad de la 4T, despreciaron las enseñanzas de AMLO para no imitar a la derecha conservadora que recurría a las trampas y a violencia para imponer gobernantes.
Hoy se sabrá el camino que seguirá Ebrard con quien quiera acompañarlo.

Permanecer en MORENA es un derrotero que varios quieren pues también son constructores de ese movimiento social.

Dejar al partido que ya no representa sus ideales es otra de las rutas que se plantean, pero, a diferencia de quienes han cerrado filas con una designación que no cuenta con todas las credenciales democráticas (transparencia, legalidad, imparcialidad y ética), la autoridad moral adquirida por el ebradorismo puede convocar a la clase media y a los pobres que no quieren quedarse ahí para el resto de sus vidas, y pelear por la vía democrática por un México a la altura de su gente.

Ya veremos qué deciden los ebradoristas. No es una decisión fácil y, seguro, el tablero de la política se moverá dependiendo el sendero que determinen tomar Marcelo Ebrard y sus aliados.

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