Por. Marissa Rivera
Al menos en el PRI todo era felicidad hasta que, lo que todos sabíamos, incluso ellos, tuvieron que comprobarlo en las encuestas.
No hay manera que alguien del Frente le gane a Xóchitl en una encuesta telefónica o cuestionario en vivienda.
La ruta que diseñaron los operadores del Frente Amplio por México, parecía perfecta, pero no lo era. Es tan compleja que se les está resbalando de las manos.
Todo estaba planeado. “Abrimos la convocatoria, elevamos los requisitos y nos basamos en encuestas para que la “batalla” sea entre dos. Y después, que el 50 por ciento del ‘puntaje´’ se decida en las urnas y el otro 50 por ciento en las encuestas”.
Y así, fueron cayendo uno por uno. Desde los que tienen talento y oficio reconocido, hasta los que solo tenían ambición.
Políticos probados del PRI como José Ángel Gurría, Ildefonso Guajardo y Enrique de la Madrid, fueron desplazados. Los dos primeros por falta de estructuras para conseguir 150 mil firmas.
En el caso de Enrique, pudo más una encuesta que su claridad, frescura y capacidad.
En el PAN, el nulo carisma de Santiago Creel, lo hizo declinar y manifestar su abierto respaldo a Xóchitl. La ecuación era sencilla, los votos panistas se dividirían y la maquinaria del PRI trabajarían para Beatriz.
Y el plan siguió su rumbo a la perfección. Dos finalistas, dos mujeres. Pero, siempre hay huecos. Esos a los que los abogados recurren para dar la batalla o para darle la vuelta a los casos.
Y así ha ocurrido, en la ruta planeada por el Frente, tanto, que hay más preguntas que respuestas.
En esta final inédita en la que las encuestas valen 50 por ciento y las votaciones 50 por ciento. ¿Qué podría pasar?
¿Que Xóchitl gane las encuestas y Beatriz en las urnas?
De ser así, entonces ¿quién gana? O habría un desempate que nadie conoce.
Según Alejandra Latapí, del Comité Organizador, el empate es poco probable, pero no dijo que imposible.
El 50 por ciento de las encuestas se dividirá en 70 por ciento del valor en las telefónicas y el 30 por ciento de valor en las de vivienda.
¿Que Xóchitl gane en las dos y que el PRI sea una vez más el gran perdedor?
La situación en la que se encuentra el Frente Amplio es complicada.
De llegar a las urnas el domingo 3 de septiembre, cómo le harán para que siquiera el 40 por ciento de las firmas recabadas, salgan a votar.
Para este proceso se registraron dos millones 297 mil 529 ciudadanos. El 50 por ciento serían un millón 148 mil 764 personas. Cifra que me parece difícil.
Pero y ¿si salen a votar menos? El Frente quedará exhibido. Por eso desde hace unas semanas hay voces que le suplican a Beatriz Paredes declinar a favor de Xóchitl, para evitar una tragedia.
Sin embargo, se han topado con Paredes. Su colmillo retorcido la obligará a negociar algo muy fuerte, si es que se hace un lado.
Hay quienes piensan que en la votación Morena puede meter la mano a favor de la senadora Beatriz. Pero solo podrán votar los que se inscribieron. Obviamente, en cuestiones de elecciones en México no hay imposibles.
Hoy, será un día decisivo para el Frente. La negociación o la exhibición.