Por. Fernando Coca
…y no pasa nada.
Ni emocionan, ni proponen y tampoco se ve que el Estado de México tenga una campaña política para renovar al Ejecutivo estatal.
Lo que más se ve son los resultados de las encuestas que ponen adelante a la maestra Delfina Gómez, pero también, la demoscopia comienza a registrar un avance de Alejandra del Moral.
Esta elección es especial no sólo porque por primera vez los mexiquenses serán gobernados por una mujer, sino por una condición que no se había dado en años recientes: dos proyectos políticos confrontados compiten uno a uno, lo que se traducirá en que cada punto que pierda una de las candidatas se le sumara a la otra.
La maestra Gómez está administrando su ventaja. Si le creyéramos a pie juntillas a las encuestas, la decisión ya está tomada y ella será la gobernadora. Llegaría después de esperar seis años, pues en 2017 fue derrotada por Alfredo del Mazo. Hasta ahora, esa ventaja que se manifiesta en los estudios de opinión pública se ha traducido en una campaña en la que la candidata de MORENA no enfatiza en contra del adversario -ni nombre a Del Mazo ni a Del Moral- y recurre a la promoción de los programas sociales de AMLO.
Del Moral trata de desmarcarse del priismo más rancio, mentiroso y tramposo que es el del Estado de México (hay excepciones, pero son eso, excepciones) que no le abonan en nada a su campaña. No se ve activismo de sus aliados de PAN o del PRD y el acercamiento con el senador Juan Zepeda, de MC, lo han cantado pero hasta que no se haga realidad no contribuye a nada.
Aquí estamos refiriéndonos a las candidatas, pero los estrategas del morenismo mexiquense prefieren que se hable de los partidos y las alianzas. Del Moral es más débil mientras en el imaginario de los electores se habla del PRI, del PAN o del PRD que de Alejandra.
Del otro lado comenzaron con una campaña que lleva como punta de lanza la palabra VALIENTE pero que no se atreve a contrastar la personalidad de su candidata con la de Delfina Gómez y menos critican al gobierno federal. Tibia, timorata, la campaña del PRIANRD está destina a no provocar más que pena ajena de seguir así.
La derrota del Grupo Atlacomulco -con 94 años en el poder- parece inminente a menos de un grave error de la maestra Gómez y su equipo de campaña o que, de plano, Del Moral se sacuda la timidez valiente que inunda su proselitismo. Esto último no se ve posible ante la rigidez que impone la posibilidad de que a Del Mazo se le acumulen expedientes en la FGR y que, aunque quiere ser vista como una priista disruptiva, Alejandra del Moral no emociona ni a los miembros de su equipo de campaña.
La Letrina. Para desgracia de los ciudadanos sólo habrá dos debates.