Por. Fernando Coca
Se rasgan las vestiduras quienes ven en la renovación de cuatro consejeros electorales un proceso autoritario. Dirán que los hoy gobiernan prometieron no ser iguales, y tal vez tengan razón, pero hagamos un poco de memoria para entender que este proceso no es, ni tantito, igual que en el pasado.
Para ello, repasemos la designación de Luis Carlos Ugalde como consejero presidente del IFE.
En octubre de 2003, luego de negociaciones azarosas se eligió al Consejo General del IFE con los votos de el PRI, PAN y VERDE.
Inicialmente, el PAN y el PRD caminaban juntos para el nombramiento de los nueve consejeros que fueron acusados por el PRD y el PT de ser mapaches al servicio de lo que ya se conocía como el PRIAN.
Pablo Gómez, coordinador de los perredistas negociaba con Germán Martínez, vicecoordinador del PAN, para que algunos de los consejeros en funciones pudieran ser reelectos y proponían a Jesús Cantú como presidente, a Jaqueline Peschard, Mauricio Merino, Alonso Lujambio, Clara Jusidman, María de los Ángeles Fromow, José Antonio Crespo, José Alonso Sánchez y a Leonardo Valdés Zurita como consejeros.
Esa lista no transitó pues, como ya dijimos, algunos de ellos eran consejeros y el PRI se oponía a esa reelección cuando, en la ley, sí se permitía que permanecieran más tiempo en el cargo.
En una negociación de última hora, Germán Martínez entró a las oficinas de la coordinadora del PRI, Elba Esther Gordillo y de ahí salió la lista definitiva para integrar el consejo del IFE.
Acompañaron a Luis Carlos Ugalde como consejeros Virgilio Andrade, Andrés Albo, Marco Antonio Gómez, María Teresa González Luna, Alejandra Latapí, Lourdes López, Rodrigo Morales y Arturo Sánchez.
Cuando se dio a conocer el listado de quienes serían los árbitros electorales -que organizarían la elección del 2006- perredistas y petistas se hicieron de la Mesa Directiva de San Lázaro con pancartas en las que se podía leer “Salvemos al IFE” o “No partidicemos el IFE” al tiempo que se escuchaba el grito de “IFE ciudadano…IFE ciudadano”.
Pablo Gómez, empecinado en que los consejeros que ya estaban en el IFE repitieran en el cargo, decía que la reelección de esos funcionarios electorales estaba garantizada en un artículo transitorio de la Constitución en el que los Consejeros Ciudadano podrían ocupar los cargos de Consejeros Electorales. El artículo al que se refería el hoy titular de la UIF era el 76 del COFIPE. Para Gómez, era aberrante que el PAN y el PRI se opusieran a esa reelección, al considerarla “aberrante en lo político y lo jurídico”.
En el PRI, Elba Esther Gordillo no quería a Jesús Cantú como consejero presidente y así se lo hizo saber a Pablo Gómez. El coordinador perredista no cedió, “por principios”, y entonces el PRI buscó al PAN.
Fue entonces que Germán Martínez y Juan Molinar Horcasitas se reunieron con Gordillo Morales. El que el PRD no cediera llevó a los panistas a abrazar la propuesta del tricolor. Así fue como los priistas se quedaron con 5 de las consejerías en juego y el PAN con cuatro.
Patadas de ahogado dio el PRD cuando vio que se quedaba sin consejeros y propuso nuevamente a Cantú como presidente y a José Antonio Crespo como consejero.
Elba Esther Gordillo aseguró siempre que pasó horas dialogando y negociando con Pablo Gómez sin que se llegara a ningún acuerdo.
Pablo Gómez siempre irreductible en la negociación con la maestra Gordillo acusó de pacto mafioso para imponer a los consejeros y que, al negarse a la reelección de los consejeros ciudadanos, se daba una venganza en contra de la autoridad electoral. Se venían los escándalos provocados por Amigos de Fox y del Pemexgate, en los que tanto el PAN como el PRI, más éste último, pagaron multas millonarias por el uso de recursos financieros ilegales en las campañas presidenciales de Vicente Fox y Francisco Labastida en el 2000.
Pablo Gómez acusaba al PAN y al PRI de haber linchado políticamente a los consejeros salientes al impedirles su reelección.
Desde entonces, el PRD cuestionó la imparcialidad del IFE de Luis Carlos Ugalde a quien acusaron, en el 2006, de garantizar una elección sucia, amañada y tramposa en contra del candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador en el 2006.
La historia que hoy se escribe, sin ser igual en el método de elección de consejeros, sí tiene el componente en el que la oposición, ahora el PRI, el PAN y Movimiento Ciudadano argumentan la falta de imparcialidad de las aspirantes a consejera presidenta, principalmente al nombre de Bertha María Alcalde Luján, hermana de la secretaria del Trabajo e hija de la expresidenta del Consejo Político de MORENA, Bertha Luján.
El primero de abril habrá una nueva integración del Consejo General del INE. Como en aquel octubre de 2003, la sombra de la imparcialidad, la certeza, independencia, legalidad y objetividad están en entredicho.
Aún sin comenzar la contienda, el INE ya tiene, ante sí, el reto de convencer al gobierno y a la oposición de que su actuar se sujetará a la ley.