Por. Alfonso García Pérez
Aparte de la inmensa belleza, del equilibrio áureo, y del profundo simbolismo del mural, nos damos cuenta de que, en La Noche del Jaguar, Daniel Ponce Montuy plasma una trasgresión a la historia oficial: Las y los mayas fueron víctimas inocentes del brutal imperialismo mexica, lo cual no fue comprendido del todo por la ciencia, sino hasta comienzos del siglo XXI, gracias a los nuevos descubrimientos arqueológicos, historiográficos y antropológicos.
El árbol de la vida sale desgarrando al vientre de un maya sacrificado por los abusivos mexicas, y es coronado por una ave de rapiña, que somete a una serpiente que representa a las culturas tolteca tardía y colhua, sometidas y plagiadas por el imperialismo mexica. Alrededor de la escena, aparte de los dioses y las diosas mayas, se observa a mayas encadenados y sufrientes. Hay otra obra que no tengo a la mano, donde Montuy plasma a los mayas al momento de entregar a sus niños para el sacrificio de los mexicas.
La tabasqueña Angélica Arenal Bastar, quien fuera esposa de David Alfaro Siqueiros, decía:
“Montuy tiene el dramatismo de Orozco, la militancia de Siqueiros, y la mexicanidad de Diego. Conjuga a los tres en su obra, superándoles con una paleta de color que se antoja imposible”.
Ahora veamos una serie de obras de Montuy (primer dibujante del cómic “Chanoc”), que muestran su versatilidad y a su universalidad:
Esto ha sido una insignificante muestra, un muy breve recorrido, de las maravillas que el casi desconocido, pero inmenso peje Montuy, heredó para la cultura universal.
Estoy convencido de que, en cuanto empiece a trascender esta producción en esta era digital y globalizada, su impacto será absoluto y quedará en el templo virtual de los más grandes artistas de la humanidad.
Me preocupa el rumor de que, La epopeya mexicana por el petróleo ante el buitre imperial, haya sido desechada o refundida en alguna sucia bodega de la campaña electoral del presidente López Obrador, a quien me parece que en 2018, el hijo de Ponce Montuy, Danielito JR, se la hubo de obsequiar indolente e irresponsablemente, y sin previo registro del catálogo de la obra, sin respeto alguno a la cultura universal.
Finalmente les muestro una muy enigmática, terriblemente moderna, y para variar muy creativa obra del peje Montuy, que me recuerda al storyboard de la película Matrix de 1999.