Por. Alfonso García Pérez
En 1978, en el estado de Tabasco, costero al Golfo de México, fue concluido el boceto a lápiz del que sería un mural de Daniel Ponce Montuy. En ocasiones, Enrique González Pedrero comentaba que su pintor favorito era su paisano Montuy, su amigo, desconocido en el país. Este boceto inédito es, en mi humilde opinión, la obra visual maestra del hemisferio occidental en la segunda mitad del siglo XX. La bautizamos: “La epopeya mexicana por el petróleo ante el buitre Imperial”.
Evidentemente, el boceto de Ponce Montuy fue realizado en el contexto del escándalo de que, habría de ser construida la mayor planta marítima de extracción de petróleo en América, a unos kilómetros de la costa del estado mexicano de Campeche, bautizada Cantarell, en honor al humilde pescador que casualmente descubrió a su yacimiento, al observar una mancha negra en el fondo del mar.
Se observa un poquito de influencia del estilo del pintor suizo Hans Rudolf Giger, quien creó a las imágenes que fueron utilizadas para la película Alien, el Octavo Pasajero, de 1978. E incluso, un poco también de los storyboards para la película de ciencia y ficción Blade Runner, de 1982, basada en la obra maestra de ciencia y ficción del escritor Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?.
Pero la influencia es mínima. Es un toque. Para quienes conocemos la obra del peje Montuy, podemos dar fe de que están plasmados todo su bagaje y todo su estilo, y que se da el lujo de integrar, en una síntesis superior, a las más actuales vanguardias.
El vanguardismo del tabasqueño Daniel Ponce Montuy (1925 – 2005) siempre fue exponencial. Era un tremendo visionario pero sin glamour, quien odiaba al tráfico de influencias que, como sabemos, fue lo que llevó a la cima a Diego Rivera y a Leonardo, entre varios, sin quitarles el carácter de genios, por encima de otros genios y genias de su era y talla.
Ahora les pondré otro ejemplo. El mural en una biblioteca del barrio de Tepito, en su parte en la alcaldía Venustiano Carranza de la Ciudad de México: La Noche del Jaguar, inspirado en la estela mortuoria del rey maya Pakal de Palenque, una de las imágenes mayas más conocidas del mundo, a partir de un dibujo de la misma realizado por el famosísimo y mundial periodista y caricaturista Miguel Covarrubias Duclaud, El Chamaco, amigo del escritor tabasqueño Carlos Pellicer Cámara, y del político e intelectual Enrique González Pedrero, quien fue gobernador del estado de Tabasco, los tres influencias en la juventud de Montuy.