Por. Adriana Luna
A México en el mundo se le ve como un país sumido en la corrupción, donde imperan la violencia y la impunidad. Incluso mexicanos radicados en el extranjero temen regresar a su terruño, aunque sea por vacaciones. ¿Qué hay de usted? ¿Ha decidido no viajar a tal o cual lugar por temor a ser levantado por miembros del crimen organizado y que lo desaparezcan?, como así sucedió con cuatro jóvenes en los límites de Jalisco y Zacatecas.
Triste y vergonzosamente aquí no reina la legalidad. Imagine a todos esos delincuentes y sus historias, muchas terroríficas, que hoy son exhibidas en la Corte Norteamericana y que dejan sorprendidos a todos los que escuchan. Un nivel de brutalidad increíble con tan sólo una orden del capo.
Me pregunto cuán diferente sería México si todas esas habilidades y talentos que hoy tienen los líderes delincuenciales se hubieran encausado positivamente en la educación básica cuando se enseñan y absorben valores como: honestidad, respeto, integridad, civismo, justicia.
El simple hecho de que una ministra de la Suprema Corte de Justicia tenga la más mínima sospecha de haber plagiado su tesis. Que la Universidad Nacional Autónoma de México tarde en dar su determinación final sobre el escándalo ¿puede o no anular un título? ¿Muestra una tibieza, matando su honorabilidad? O peor aún, que los políticos propongan un plazo de cinco años para echar atrás un título por plagio u engaño ¡es una vergüenza!
La enseñanza que se les deja a los jóvenes es: flojéale, roba ideas, plagia, pero al engañar sé tan tramposo, que si te llegan a cachar, pon tantas trabas para que se tarden más de cinco años y logres salirte con la tuya.
¿Usted cree que esas ilegalidades sólo suceden en la UNAM? Al parecer también sucede en otros institutos de educación superior. Actualmente, en Jalisco, las autoridades educativas están investigando las quejas hechas por alumnos y padres de familia por un presunto fraude en el Conalep plantel Guadalajara 2. A cambio de dinero, se prometió la liberación del servicio social y prácticas profesionales durante la pandemia de COVID-19.
Conalep abrió la posibilidad para que los jóvenes pudieran graduarse con la opción de tomar unos cursos virtuales -que tuvieron un costo que iba hasta los dos mil pesos-, esto durante el confinamiento para evitar contagios del virus. Sin embargo, en este plantel varios muchachos y sus padres sostienen que pagaron dinero por entrar a una supuesta opción “Proyecto de Tinacos”, que se les dijo, serían utilizados para garantizar agua y para “mejoras del plantel”.
Aunque entregaron el dinero -sin mediar ningún recibo- al transcurrir los meses, ni ellos recibieron la liberación del servicio social, ni tampoco hubo mejoras a la escuela. Acusaron a Miguel Ángel (Pérez) quien fungió como encargado de Dirección y a una mujer llamada Andrea, que se desempeñaba en el piso de escolares, y que por cierto, ya fue cambiada de encomienda. Los jóvenes pagaron entre 500 y 600 pesos. La desvergüenza llegaría al grado, que hasta se cobraba una cuota especial por ‘retraso’, cuando a los estudiantes se les había pasado demasiado la fecha para la realización del servicio social.
El secretario de Educación en Jalisco, Juan Carlos Flores Miramontes, reconoció que estas quejas por presunta corrupción en Conalep están en el “órgano de control investigándose”. Mientras que Alejandro Luthe Ríos, subsecretario de Educación Media Superior en Jalisco, negó que realmente hubiera como opción un proyecto de tinacos, solo existía la oportunidad de tomar el curso en línea para satisfacer el requisito.
Sí hay una investigación abierta tanto en el seno del Conalep como en el Órgano de Control educativo por estas graves acusaciones contra autoridades escolares. Se desconoce cuántas víctimas podría haber, muchas de ellas tienen temor a represalias. Además, saben que fueron cómplices de una ilegalidad, pero ‘usted sabe cómo son las cosas en México’, expresan.
Autoridades de la Secretaría de Educación informaron que el caso ya está en etapa de resolución y que en breve informarían sobre la situación en la que quedarían los implicados. Se investigó si hubo dinero ingresado a las arcas de la institución educativa con otro concepto. De encontrarse acciones de corrupción o fraudulentas, se informarían también las ‘sanciones’ que tendrían los funcionarios públicos. Las víctimas temen que se proteja a los funcionarios y que ellos queden exhibidos, que no se resuelvan sus casos y que hasta tengan represalias por denunciar los cobros irregulares. Saben que al interior del plantel se han dado cambios de personal, especialmente, de los involucrados en las acusaciones.
Se aseguró por parte de las autoridades que este mes de enero se estaría buscando a los jóvenes que estaban en el proceso de certificación para conocer cada uno de los casos. En condiciones normales, el estudiante debe cumplir seis meses brindando su servicio o sumar 480 horas efectivas.
¿Apelar al comité de ética? Para los padres de familia y los hijos no les parece viable. Están convencidos que se tratará de proteger a los funcionarios. No confían en que se resolverá el caso a su favor. Aprendieron una lección inesperada. Ya algunos de los muchachos están trabajando para ayudar económicamente a sus familias. Contar con el título pasó a segundo plano.
En resumen, ya no se trata de cuántos alumnos copiaron en el examen de matemáticas, ahora pasamos a otros cuestionamientos más reveladores. ¿Cuántos plagiaron su tesis? ¿Cuántos ocupan cargos importantes engañando para graduarse? ¿Nuestras escuelas técnicas o universitarias son cómplices de corrupción? Los principales males de México se nutren de la corrupción y la impunidad, más si la justicia es vergonzosamente ciega.