Por. Alfonso García Pérez
Sólo nos referimos a los casos de: la caída de la Línea 12 del Metro y a la agresión y los asesinatos a las niñas y los niños de la Discoteca “News Divine”, temas que la opinión pública y las oposiciones políticas siguen utilizando para denostar y atacar a estos dos personajes, usando una información distorsionada que ya había sido perfectamente aclarada. No entendemos por qué siguen repitiendo tales acusaciones, como si no tuvieran capacidad de análisis ni de comprensión de textos.
Esto no quiere decir que defendamos a estas dos personas, sino que es muy molesta la poca inteligencia en los ataques, que nos hacen pensar que los atacantes no entienden por más que se les explique, o que recurren al recurso infantil de descalificar, vía guerra sucia, con una información falsa, a ver si con la repetición se confunde más a la población, lo cual al parecer está dando cierto resultado. Además, si se trata de destruir a imágenes públicas, hay otros temas que si están basados en información verídica, más útiles para los afanes beligerantes – denunciantes.
Respecto a la Línea 12: La Revista New York Times, en su oportuno reportaje a unos días de la tragedia, dejó claro que la responsabilidad era de la empresa que originalmente construyó dicha línea de transporte; además, acusó al gobierno en turno de inaugurar esta obra con prisas electoreras.
Posteriormente, el peritaje que realizó la empresa del país de los salmones, Det Norske Veritas (DNV), estableció que la ruptura de la trabe se debió básicamente a la falta de varios pernos en ésta y a otros problemas en la construcción original, pero los sermones anti Claudia – Línea 12 continuaron.
Después aparecen juntos el presidente Andrés Manuel López Obrador y Carlos Slim Helú, empresario constructor de las columnas y de las trabes de la Línea 12, para reconocer la culpa, y para ofrecer que la empresa del magnate hoy 4T, limpiaría a la falla, a cambio de reconstruir la parte colapsada y de dar mantenimiento a todo el tramo elevado de la Línea 12 del Metro, sin un costo adicional para el gobierno, y punto final. Pero los sermones anti Claudia – Línea 12 siguieron, mientras que nunca aparecieron consignas o memes en contra de Slim. ¿Por qué será?
Aquí debe quedar claro que la contratación a Slim por parte del Jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard Casaubon, y de su Secretario de Finanzas, Mario Delgado Carrillo, para construir a la Línea 12 fue irregular, pues ni Slim ni su empresa tenían experiencia en este ramo de la construcción y además, los funcionarios públicos nunca tuvieron capacidad ni la voluntad de inspeccionar a tan delicada obra.
La contratación respondió a la amistad de Slim con Marcelo desde su etapa salinista.
Y pues las fallas de Marcelo siguieron: Los vagones adquiridos por el Gobierno del DF eran muy pesados y de modelos no apropiados para esta línea, que corría sobre sinuosos puentes elevados, y la operación de esta línea del metro fue suspendida al inició del gobierno del DF de Miguel Ángel Mancera Espinosa, quien había detectado múltiples fallas en la obra y procedió a repararles.
Respecto a la tragedia del 20 de junio de 2008, en la que varios y varias jóvenes fueron asesinad@s o gravemente lesionad@s por policías del Gobierno del DF, durante un operativo a la discoteca “News Divine” de la delegación Gustavo A Madero, no existe relación con el entonces jefe Delegacional Francisco Chíguil Figueroa. Quienes llegaron a arrestar, a extorsionar y a agredir, fueron los policías del Gobierno Central del DF, no Chíguil ni el dueño de la discoteca. Quienes mantuvieron cerrada a la puerta de salida de la discoteca, y quienes confinaron y acorralaron hasta aplastar a las y los jóvenes, fueron los policías, no Chíguil. Y ese operativo brutal fue tan sólo uno más, de entre varias decenas de operativos, parte de una política estandarizada del jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard Casaubon, y de su secretario de Seguridad, Joel Ortega Cuevas. Recordemos que en su sexenio, Marcelo había contratado como asesor a Rudolph Guliani, exalcalde de Nueva York (hoy asesor central de Donald Trump), con el objetivo de aplicar en la Ciudad de México a su política represiva de “Cero Tolerancia”, que en la metrópoli norteamericana impuso el terror entre las y los jóvenes, que eran arrestad@s o golpead@s en razzias permanentes. Y con eso Chíguil nada que ver.
El colmo de este caso fue que, el querido “ministro de la marihuana”, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, defendió en la Suprema Corte de Justicia a los policías que hicieron este animalesco operativo. Algún día pagará políticamente esa traición.