«ABREVADERO DE LETRAS» “No concibo mi vida sin escribir”: Silvia Rodríguez Bravo - Mujer es Más -

«ABREVADERO DE LETRAS» “No concibo mi vida sin escribir”: Silvia Rodríguez Bravo

  • Su poesía es considerada una contribución literaria a las letras chilenas e hispanas
  • Autora del libro “Profeta de Bares”

Por: Cut Domínguez

 Humilde y cordial, su mensaje está lleno de sinceridad, con un quehacer poético considerado aporte literario a las letras chilenas e hispanas, ganadora, en 2016, del Premio Carmen Conde en Madrid, España, por su libro “Anatomía de un insomnio”. Ella es Silvia Rodríguez Bravo, quien confiesa no saber explicar su poesía. “Doy mi palabra de mujer que no puedo definirla, porque la escribo y vive dentro de mí, abarca todo mi ser; tanto así que no concibo mi vida sin escribir”, dice tajante.

Agrega, sin embargo, que hay quienes señalan su temática como un abanico abierto a la intimidad y los conflictos existenciales del ser humano; donde reina la prostitución, los gays, las mujeres desposeídas, los borrachos…Los locales de café, la noche y los bares. “También se ha dicho que me destruyo, me duelo y muero en mis poemas, para luego renacer y hablar desde mi lápida que dejó de tener mi nombre”, cuenta y comparte que de lo vivido por años en aquellas noches terminó en el libro “Profeta de Bares”, título hecho sangre y aire, tanto en su cuerpo como en su vida. Después de no escribir por algún tiempo, hizo que tatuaran en su brazo derecho el nombre del texto, a manera de exorcismo por tal sequía.

Así como hace carne sus vivencias, recuerda un poco su origen como escritora. Relata: “Comenzó en la infancia, a los once años. Mis padres me regalaron un diario de vida al que llamé Lucerito. Confieso que hasta el día de hoy llevo un diario así, aunque hace cinco años ya no escribo en forma tan asidua”. Admite tener varias cajas llenas de Lucerito y no saber que hacer el día de mañana con tantos diarios. “Lo ideal sería que me entierren o cremen con ellos”, añade.

De las primeras lecturas poéticas y autores que influyeron en su obra explica haber vivido en Colbún, pequeño pueblo chileno, de los 9 a los 23 años. “Siendo niña fue el golpe de estado y posterior dictadura militar de Pinochet que terminó en 1990. Entonces, no se tenía acceso a libros y nuestras lecturas eran solamente las que se daban en las escuelas”. 

Destaca que Don Quijote de la Mancha, El Cantar del Mío Cid y La vida del Lazarillo de Tormes, fueron sus libros de ese tiempo, con algunos poemas de Gabriela Mistral y Pablo Neruda. Una vez en Talca, ciudad donde radica hoy en día, y desde los 24 años conoció a varios poetas quienes han sido su inspiración y guía; entre ellos: Vicente Huidobro, Gabriela Mistral, Alejandra Pizarnik, Laura Orozco, Rosario Castellanos, Laura Esquivel, Juan Rulfo y Octavio Paz, entre otros.

HAY MUJERES 

que no conocen el silencio

y en silencio lavan, crían, cocinan

y vuelven a lavar la ropa, 

con el cansancio acumulado

en la piel de su cuerpo memoria.

Hay mujeres 

que nunca se las ve pensar.

No son musas inspiradoras de un poema.

No son reinas de su propio reino.

No son guerreras pero luchan cada día.

No son diosas pero aún así hacen milagros.

Son mujeres que sostienen la lluvia 

en tiempo de cosecha

mujeres con juventud anciana

amamantando la tierra

con el agua de su cuerpo.

Son hijas-madres-mujeres

que llenas de sabiduría

no conocen el descanso,

no conocen el silencio.

 

En alguna de sus célebres frases Walt Whitman dice que con el transcurso de los años podemos encontrarnos realmente a nosotros mismos y crecer como personas. De acuerdo a este principio, Silvia Rodríguez está convencida del cambio experimentado por su lenguaje poético. Puntualiza: “Aprendí a sacar el ripio (residuo) de mis textos e internalizar y convertir en horizonte de vida los Manifiestos, de Vicente Huidobro”. Cree, por otra parte, en el progreso de su escritura. “La vida, sostiene, nos hace madurar gracias a los instantes vividos. El poeta escribe desde su propia sensibilidad, experiencia y observación; ya sea de su mundo interior como exterior”. Confía en la evolución permanente del poeta, porque siempre está en busca de nuevas formas escriturales y temáticas a tratar en sus textos.

Con el apoyo de los nuevos medios de difusión de la palabra, uno que sirvió de conducto para realizar esta charla, la también autora de “Despertar Confuso” (2004) y “Año Bisiesto” (2012), habla de los foros literarios cibernéticos, revistas virtuales, blogs y redes sociales. “Debemos adaptarnos a los cambios y avances tecnológicos, si al traspasar cualquier frontera nos han servido para comunicarnos con quienes se encuentran lejos en otros países”, precisa.

Propone a los jóvenes poetas, no sin cierto pudor, la lectura a manera de sugerencia. “En este camino, no hay fórmulas ni ecuaciones certeras; por lo que no podría dar un consejo”. Enseguida propone los nombres de autores que ha leído como los ya citados y además: Piedad Bonnet, Cristina Peri Rossi, Stellla Corvalán y Ernesto Sábato. Finalmente, califica la actividad poética chilena durante la pandemia como buena, gracias a las video-llamadas, vía Zoom; por las que se realizaron recitales y presentaciones de libros. Refiere, finalmente, haber presentado su poemario “Ultrajada”, en el que la filóloga mexicana, Ave María Panamá, escribió unas líneas para la contratapa.

Síguela en su FacebooK @Silvia Rodríguez Bravo

 

Related posts

ABREVADERO DE LETRAS: Calaveras literarias/2024

ABREVADERO DE LETRAS: Rogelio Cuéllar, referente del quehacer fotográfico mexicano

ABREVADERO DE LETRAS: ¿Dónde estás?