Por. Fernando Coca
La foto llamó la atención no solo porque los personajes están distantes por sus posturas políticas sino porque uno de ellos tendría que estar en el banquillo de un juzgado respondiendo por su mala gestión al frente del Sistema de Transporte Colectivo de la Ciudad de México.
Jorge Gaviño, diputado local del PRD, se fotografió con la jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum. En su cuenta de Twitter, la funcionaria dice que “hablamos de historia y del porvenir”. Algunos medios dieron la reunión como un encuentro en la víspera de la entrega del presupuesto para el 2023. Pero los más avezados en las cuestiones de la ciudad se preguntan por la ausencia de Víctor Hugo Lobo, coordinador de los perredistas en el Congreso de la CDMX.
Seguro que en lo que se refiere a la historia, la plática versó sobre la falta de mantenimiento en el Metro, principalmente en la Línea 12 que se le desplomó a Sheinbaum la noche del 3 de mayo de 2021 con un trágico saldo de 26 personas muertas.
También debieron hablar de los contratos de las empresas, desde los tiempos del Joel Ortega, que realizan el mantenimiento en el Metro, empresas que por cierto no cumplían con las tareas al 100 por ciento y el 3M nos lo dejó claro.
Parte de la historia de la que hablaron Gaviño y Sheinbaum tuvo que ver con la rehabilitación, así le llamaron, de la Línea 12 del Metro después del terremoto del 19 de septiembre de 2017.
Pero lo más importante de la conversación debió ser la parte del porvenir. ¿Están fraguando cómo culpar inocentes por el desplome de la Línea 12 del Metro cuando la responsabilidad que ambos tienen la comparten con Florencia Serranía y Joel Ortega?
Ortega y Gaviño, directores del Metro en los tiempos de Miguel Ángel Mancera, propiciaron el declive en el Metro y provocaron la pérdida de solidez en las estructuras de la Línea 12. Florencia Serranía continuó con la costumbre de no darle mantenimiento al Metro, cuestión que padecemos los 5 millones de usuarios todos los días.
La fotografía de Sheinbaum con Gaviño no debería extrañarnos, pues ya antes un personero de la jefa de Gobierno se había reunido, días después del desplome de la Línea 12, con Joel Ortega, quien inició las tareas para colapsar la obra que va de Tláhuac a Mixcoac, y que sus sucesores continuaron hasta derrumbarla.
Mientras el Metro está a punto del colapso, Claudia Sheinbaum se ocupa más de su aspiración presidencial y se apoya en los enemigos políticos del presidente López Obrador para encauzar un ataque en contra de Marcelo Ebrard, su principal adversario en la carrera por la presidencia en el 2024.
Sheinbaum está desesperada. No cumplió con la cuota de personas para la marcha del domingo 27 y su capacidad de movilización se vio exhibida, para mal. Uso el anonimato del multitudinario recorrido para agredir al canciller de México y su reunión con Gaviño no deja lugar a dudas: su ambición personal por ser candidata a la Presidencia deja claro que pactará, como ya lo hace con Gaviño, que tiene como intermediario a Joel Ortega; para alcanzar sus fines.
La Letrina. La alianza de Sheinbaum con René Bejarano incluye a una persona que formó una organización para promover la revocación de mandato. En los pasillos del poder dicen que esa persona está en la mira de la UIF por su relación con factureras y lavado de dinero, ¿será?