Por. Marissa Rivera
Cuando los priistas se “doblaron“ para mantener a las fuerzas armadas en las calles hasta el 2028, en su endeble defensa argumentaban que los mandos de la Marina y del Ejército iban a rendir cuentas.
Pero apenas se aprobó la reforma constitucional y de inmediato llegó el desdén, sus dichos se evaporaron.
El general Luis Cresencio Sandoval ignoró a la Cámara de Diputados. Canceló una comparecencia ante la Comisión de Defensa, para hablar sobre el hackeo masivo de archivos de la SEDENA.
Muy rápido quedó claro que ellos solo le rinden cuentas al Presidente.
Ilusos priistas.
Ahora son nuevamente los del Revolucionario Institucional quienes pueden lograr que se cumpla un capricho presidencial más. La Reforma Electoral a modo.
El camino para persuadir/obligar a los priistas es muy claro: “cooperas o cuello”; “cedes o te exhibo”; “votas o te boto”.
Ya vimos la eficacia del gobierno federal para ablandar a los que decían que primero muerto que dar un paso atrás.
Sin embargo, el PRI estará en una encrucijada.
Avalar las pretensiones del presidente, es hacerse el “harakiri”.
Los legisladores de Morena y sus aliados, “levantamanos”, sometidos a la orden presidencial, ya traen la zanahoria y el garrote, al asegurar que la reforma generará ahorros por más de 20 mil millones de pesos.
Lo que no dicen es ¿esos recursos en qué se ocuparán?
Al gobierno siempre le hace falta dinero y lo primero es la clientela electoral.
Solo algunos incautos no saben que ese “mejoral” para la democracia es un anzuelo para desmantelarla.
Tampoco dicen cómo evitar que el narco y el crimen organizado se involucren en los procesos electorales.
Cooptado el Poder Judicial y el Poder Legislativo, el presidente va por la institución encargada de las elecciones. Prácticamente el único órgano autónomo que nos queda.
La herida del 2006 aún no cierra.
¿Cuál sería ahora el argumento de los priistas para apoyar la iniciativa presidencial? Porque aceptar la reducción de 200 diputados federales y 32 senadores sería darle muerte natural al partido que gobernó más de 70 años.
Estamos viviendo cómo el autoritarismo está ejerciendo el poder, el reto es mantener la fortaleza de una de las únicas instituciones que nos brindan democracia o permitir que sea el arma con la que le darán la puñalada final a dicha democracia.
La oposición echada para delante ya dijo que no pasará.
Morena y aliados anunciaron que se podría estar votando a finales de noviembre, en medio del principal distractor de los mexicanos, el mundial de fútbol.