Por. Ivonne Melgar
El secretario Adán Augusto López Hernández reveló este miércoles que la reforma militar le fue propuesta por el dirigente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, Alito, antes de aquella escena de secretos entre ambos en el pasillo de San Lázaro el 1 de septiembre.
Esto significa que la bancada del PRI que encabezan Rubén Moreira y el diputado Alito traicionó a sus pares del PAN y del PRD antes del anuncio del 30 de septiembre de que su coalición impediría las modificaciones encaminadas a una militarización y a cercenar la autonomía del INE.
Significativamente, el balconeo del secretario de Gobernación este 12 de octubre ocurrió en el mismo auditorio Aurora Jiménez donde seis semanas atrás los protagonistas de la coalición que iba por México suscribieron el grito del dirigente priista: “Si tocan a uno, se meten con todos”.
Gracias a lo narrado por el secretario a los diputados de la 4T, hoy sabemos que mientras Marko Cortés y Jesús Zambrano, dirigentes del PAN y del PRD, defendían a su colega del PRI como un perseguido político del gobierno, Alejandro Moreno esperaba la respuesta del presidente de la República a su ofrecimiento: presentar y apoyar una reforma constitucional para ampliar del 2024 al 2028 la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad.
Según el relato del titular de la SEGOB, Alito y Moreira le enviaron el mensaje de que querían un acuerdo con el gobierno a través de la diputación de Morena, Ignacio Mier Velazco.
Es importante recordar que en los dos meses previos a esa oferta, Morena y PT buscaron quitarle a Alito la presidencia de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados. Y en Campeche, el dirigente del PRI se convirtió en personaje de El martes del jaguar, programa de televisión en el que la gobernadora Layda Sansores lo acusó de corrupción, difundió audios de sus conversaciones privadas y entrevistó al fiscal Renato Sales para jactarse del cateo a la residencia del exgobernador y de la solicitud de desafuero que hizo en la Cámara.
En respuesta, también en San Lázaro, los priistas pidieron apoyo a sus entonces aliados del PAN y del PRD para llamar a comparecer al fiscal campechano por presuntas compras irregulares de equipo de espionaje en su gestión de comisionado de seguridad en el sexenio de Peña Nieto.
En medio de esas escaramuzas, el secretario Adán Augusto llevó la primicia a Palacio Nacional, antes de que la diputada ahora con licencia Yolanda de la Torre -actual titular del Tribunal de Justicia en Durango- sorprendiera a panistas y perredistas, el 2 de septiembre, con la publicación en la Gaceta Parlamentaria de la iniciativa para prorrogar por 4 años más el Quinto Transitorio del decreto de creación de la Guardia Nacional.
Lo que vino después es conocido: la coalición opositora entró en el limbo y la mayoría de los senadores priistas se sumaron a la ruta de Alito, la de armar con Morena una reforma que rompería con el dique de contención que tenían con PAN, Movimiento Ciudadano y PRD.
Pero a juzgar por las indiscreciones de esta semana en San Lázaro, la traición de los priistas fue doble porque la idea de ampliar el plazo de ese Quinto Transitorio ya estaba sobre la mesa de la hoy descalabrada coalición, a cambio de que se reformularan los compromisos gubernamentales en seguridad.
Esa frustrada intención se ventiló ayer en la bancada del PRD ante los reclamos del dirigente Zambrano a los diputados Francisco Huacus, Mauricio Prieto y Macarena Chávez por haber votado a favor de la reforma militar este miércoles, como la semana anterior lo hicieron los senadores Miguel Mancera y Antonio García Conejo.
Más que aquella intención opositora, en los diputados y en García Conejo pesó la presión del exgobernador michoacano Silvano Aureoles para aliarse con Morena.
Es con esos antecedentes que el secretario de Gobernación confía en sacar adelante la reforma electoral del presidente López Obrador centrada en enterrar al INE y modificar la manera en que se elige a los consejeros y magistrados electorales.
Y aunque el dirigente del PRI declara diariamente que él va a defender la autonomía del árbitro electoral con la coalición opositora, en el gobierno tienen otros datos y esperan que la mayoría de los 69 diputados priistas acompañen la morenización de los cuatro consejeros que serán seleccionados en 2023 y en los ajustes legislativos que acreditarían la narrativa 4T de que el INE es un despilfarrador inservible.
Por eso el optimismo del secretario de Gobernación, ahora con un nuevo aliado perredista, el exgobernador michoacano, quien ha pedido al PRD romper la alianza opositora e ir solos al 2024, prometiendo que salvará el registro del partido con 8 por ciento de la votación.
Alito comparte con Silvano el cese de las hostilidades oficialistas con expedientes en su contra. Pero en vez de romper la coalición, prefiere jugar al infiel ofendido, resistiéndose al divorcio y tachando de infantiles a los traicionados dirigentes del PAN y del PRD.