«TENGO ALGO QUE DECIRTE» "Mexicanas en pie de lucha" - Mujer es Más -

«TENGO ALGO QUE DECIRTE» “Mexicanas en pie de lucha”

Por. Citlalli Berruecos

Mi padre con sus 80 años lee por lo menos dos libros a la semana. Eso es parte de su día, así como lo es pintar, cuidar sus bonsais y piñas, hacer escultura, escribir y ahora, preparar su clase de estadística pues pronto regresará a las aulas universitarias, lo cual lo emociona mucho. Si les cuento esto es porque decidí invitarlo a leer Mexicanas en pie de lucha, reportajes escritos por seis importantes y confiables periodistas en el que tratan los temas relacionados con las mujeres en estos últimos años: el Covid, el trabajo, la crisis económica, la violencia, los feminicidios, la impunidad y la injusticia. A los dos días me lo regresó diciéndome:

“Es un libro que se debe leer. Confieso que me ha hecho reflexionar mucho sobre el tema de las mujeres. Ojalá que los que serán candidatos al poder lo lean para tener las bases para corregir lo que se vive hoy.”

Me dispuse a leerlo y en dos días, al igual que mi padre, lo terminé con una sensación de frustración, impotencia y enojo. En mi cabeza utópica, la lucha por los derechos no debería de existir si los valores se atienden, aprenden y usan, en especial el respeto, ese que tanto promulgan hipócritamente en muchos espacios políticos. El libro es natural, se lee como si estuvieras tomando el café con una amiga pero hablando de temas e historias impactantes que te calan el alma. Conocemos lo que se escribe, lo hemos leído y visto muchas veces, y al terminarlo, te das cuenta que lo que sabes es nebuloso, pues la realidad supera lo escrito. Este libro hace historia y es un referente de la lucha feminista en nuestro país. Me temo que habrá muchas personas que preferirán no leerlo para no encontrarse con una realidad que nos supera y asusta. Ojalá me equivoque.

Asimilé el tema de las tres jornadas laborales que hacemos las mujeres y que se acrecentaron durante la pandemia: el trabajo profesional, el trabajo del hogar y el trabajo de cuidados. Las mujeres tenemos la gran habilidad de vivir mezclando las tres como si fuera algo natural sin darnos cuenta de que “en la última década, el trabajo de cuidados aumentó su valor en la generación de riqueza del país en 5%, al pasar de 19.3% en el 2008 a 22.8% en el 2019.” Ese 22.8% es un trabajo no remunerado y el Estado mexicano sólo destina un 0.1% del PIB a los cuidados; el trabajo de cuidados no se reconoce ni se apoya. Pensar que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) calcula que el valor del trabajo de cuidados de las mujeres es equivalente a 62,288 pesos anuales mientras que el de los hombres es 24,289 pesos me hizo entender porqué durante muchos años, el cansancio acumulado y ese sentir que una hace mucho y parece que no ha hecho nada, ha sido parte de mi ser al atender mi trabajo, mi casa y mis hijos.

Ese mismo tema me hizo reflexionar sobre la persona que ayuda en casa y cómo transferimos la carga de los cuidados a otras mujeres que también tienen su historia, que hacen sus tres jornadas laborales al igual que yo para sobrevivir y darle lo mejor que se pueda a sus hijos. Por eso, habrá que respetarlas y apoyarlas más cada día.

Es muy importante que las feministas jóvenes conozcan la historia de la lucha para entender que lo que tienen hoy es gracias a muchas mujeres que desde hace años han trabajado para lograrlo poco a poco, y que no ha sido fácil. La lucha feminista no nació hace dos años para entorpecer a nuestro actual gobierno como lo dijo el presidente. Nuestras jóvenes deben leer este libro para saber dónde están paradas y tener las bases de hacía dónde deben seguir, tomando decisiones pensadas, inteligentes y no sólo pasionales. Aún hay mucho por trabajar y debe hacerse tomando decisiones correctas que no lastimen la historia de lo que se ha logrado hasta ahora.

Debemos prevenir todo tipo de violencia, empezando por la doméstica. La educación en el hogar es importante para no normalizar la violencia; esa que después se traslada a la oficina, las calles, las redes sociales…

Me causó enojo entender cómo hay mujeres feministas en el poder que callan ante la fuerza del Estado y justifican lo injustificable “sumisas ante el patriarcado presidencial”, aparentando que este sexenio es el más feminista de la historia. ¿En serio? Entonces, ¿de qué vale llamarse feministas diciendo que “hacen lo que se puede” y sometiéndose al poder para mantener el suyo?

Causa asco y molestia leer la continua historia de lo que se dice en las mañaneras presidenciales sobre las mujeres: la ignorancia, la descalificación, la agresión con ese tono irónico que se burla de nuestra inteligencia e historia.

Leemos sobre las trampas en el presupuesto para aparentar ser un “gobierno feminista” cuando en verdad se recortan los programas de género; sobre un sistema judicial que victimiza a las mujeres y otorga impunidad a los agresores; sobre los feminicidios y las madres sin apoyo gubernamental buscando a sus hijas y tristemente encontrándolas en pedazos en un país donde matan a 11 mujeres al día y el 93% de los feminicidios terminan impunes.

La fácil lectura del libro genera más escalofríos con sus palabras. Agradezco a las reporteras Nayeli Roldán, Laura Castellanos, Valeria Durán, Ivonne Melgar, Claudia Ramos y Daniela Rea, por poner por escrito nuestra historia, la de todas las mujeres mexicanas para alzar la voz ante la injusticia y continuar la lucha por los derechos de las mujeres. Ojalá sean las mujeres jóvenes las que tomen este libro como base para lo que les falta por caminar ya que sólo ellas podrán hacer uso de los mecanismos que tienen ahora para hacer más cambios, esperando que sea de manera pacífica. Es un libro que se debe leer para empezar a hablar entre todos un mismo idioma de respeto y lucha, tratando de quitar etiquetas que solo dividen y polarizan nuestra sociedad.

Mi padre, después de leer el libro: “aún cuando creo que debe haber otras formas, ahora entiendo, porqué las mujeres queman puertas.”

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