El pasado 25 de mayo, el Papa Francisco saludó en el Vaticano a María Herrera Magdaleno, originaria de Pajacuarán, Michoacán, madre de ocho hijos, de los cuales, cuatro permanecen desaparecidos desde hace más de una década: Raúl, Salvador, Luis Armando y Gustavo.
El encuentro ocurre en el contexto de que México ha llegado a más de 100 mil personas desaparecidas, según cifras oficiales. En representación de miles de familias mexicanas, María Herrera entregó información sobre esta dolorosa realidad, así como sobre el rezago forense de los más de 50 mil cuerpos y restos sin identificar.
El Papa bendijo, en la persona de la señora Herrera, a todas las madres y familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos.
El encuentro constituye un llamado a los gobiernos a buscar a todas las personas desaparecidas, a identificar a las personas que aún no han recibido digna sepultura por la crisis forense y a adoptar políticas públicas efectivas para reducir la violencia. También, es una invitación a las iglesias, comunidades de fe y a la sociedad a desarrollar mayor empatía con las víctimas de la violencia.
Acompañaron a doña María representantes de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús y del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez.