Por Saraí Aguilar
Durante semanas ignoraron a tu padre en tu búsqueda, Yolanda. Te revictimizaron como a todas las demás que tienen la desgracia de desaparecer en este país que se ha convertido en una fosa común para miles de mujeres. Alegaron que te habías ido por tu cuenta y mostraron videos donde supuestamente aparecías huyendo por tu pie y tu padre negó que fueras tú.
A ti Debanhi, como buitres han salido youtubers a sembrar rumores. Se han solazado en hacerte ver como culpable, ¡de haber sido asesinada! Tu padre ha recorrido medios de comunicación y solicitado ayuda a instancias federales mientras aquí un día sí y otro también nos dicen que caíste por tu pie. Que no pasó nada.
Y a ti Maryfer, por cometer el error de haber conocido a tu asesino, parece ser que tu caso no merece ser considerado como feminicidio. Como si tú hubieses concertado por tu gusto la cita con la muerte.
No obstante, mientras las autoridades juegan un show mediático, aventando responsabilidades del Ejecutivo estatal a la fiscalía, del instituto estatal de las mujeres alegando que no hay tal violencia sino histeria colectiva… a ustedes, sus padres jamás las dejaron de buscar. Sus padres no han creído en los partes que las señalan como culpables de su propia tragedia.
Sí, esa tragedia que por igual enluta familias en Nuevo León que en Michoacán. Esa desgracia de un país sin ley donde igual las mujeres desaparecen de una fiesta o rumbo a su casa, o desde su casa como ustedes, Laura y Claudia, secuestradas por un comando en Michoacán y aparecidas en el Estado de México, con signos de la saña a la que fueron sometidas en sus últimas horas.
La misma desgracia que las persiguió a ustedes, Yesenia y Johana, en Veracruz, cuando fueron ultimadas. Donde la responsabilidad de la autoridad se concentró en alegar que sus asesinatos no tenían que ver con sus labores periodísticas. ¡Cómo si eso aliviara el dolor de sus familias!
Y mientras, Maciel Sánchez, tu hija no se cansa de pedir justicia para ti. Desde 2019 clama por ella. Desde ese día que fuiste salvajemente ultimada por tu pareja. No se ha cansado a pesar que la fiscalía de la CDMX le ha negado el acceso a ella. Ella no cede.
Marco y Alejandro en Sonora y Roy en Nuevo León: a pesar de los años sus madres aun los buscan. No han aparecido, pero estarían orgullosos de ellas, pues a pesar de no contar con apoyo gubernamental y de estar en riesgo ellas, son los pilares de las Madres Buscadoras de Sonora y Fundenl. Siguen adelante aun cuando existen historias terribles como las de Marisela Escobedo y Miriam Rodríguez, asesinadas en su búsqueda de justicia. ¡Como si no hubiesen perdido ya ellas el alma desde que sus hijas desaparecieron!
Y podríamos seguir, porque palmo a palmo este país llora por sus muertos. Por sus desaparecidos. En una desgracia que parece no tener fin.
¿Hasta cuándo?