Por: Paloma Cuevas R.
El pasado 16 de septiembre se estrenó en México Noche de fuego, primera obra de ficción de Tatiana Huezo, – quien ya había dirigido un par de documentales,- tras su muy exitoso estreno en el Festival de Cannes, – donde las críticas fueron favorables, – obteniendo una mención especial en la sección Una cierta mirada. Llegando a los hogares nacionales por medio de la plataforma líder en streaming: Netflix
Noche de fuego, una obra realmente dolorosa y tierna, con esa sublime cualidad que muestra como sello de factura la mexicanidad que la abraza. Ya en una ocasión Guillermo del Toro hizo patente cómo se logra conjuntar lo más tremendo y llevarlo al extremo de la belleza: ¡Hay que ser mexicano!
Nosotros tenemos la cualidad de convertir lo más doloroso en una fiesta y para muestra el Día de Muertos. Aunque es muy distinto saber que se va a morir como una conclusión natural de la vida, a temer morir a cada paso de formas inimaginables como resultado de la violencia que azota a un pueblo de México cualquiera, enclavado en la sierra, donde el cultivo de la amapola deja a merced del narcotráfico a las infancias. Cualquier parecido con la realidad podría o no ser producto de la ficción, una muy retorcida y tremenda ficción que desafortunadamente en ocasiones se queda corta.
Niñas a las que de manera simbólica se les cercena cualquier atisbo de feminidad, iniciando con el corte de cabello y que por medio de las lágrimas deben renunciar a ser “bonitas” para evitar estar en peligro de que se las lleven.
El miedo se huele, se respira, casi puede tocarse con las manos. Se siente en el alma y se palpa por todos lados.
Niños y niñas que trabajan y son explotados – diga lo que diga la carta magna, – que muestran manchas en la carita, producto de la desnutrición, acceso a una educación a medias en una escuela en grupos multigrados, que en ocasiones no concluyen los ciclos escolares por el asesinato de los maestros que se atreven a ponerle nombre a lo que ocurre en indefensión total.
En ese contexto histórico desafortunado – los contextos históricos son “así” para los desafortunados para los débiles, los vulnerables, los oprimidos, – crecen Ana, Paula y María, sus juegos transcurren en el campo, en las casas de los que se han ido, de los desaparecidos y en sus realidades que no cuestionan porque no conocen otras, eso es lo tremendo de la violencia, llega, se incrusta y luego se normaliza. Eso es lo terrible de la indiferencia, del cerrar los ojos.
Su historia inicia en la infancia temprana y continúa hasta los trece años – aproximadamente – durante la historia Juana -una chica del pueblo – es robada y no vuelve a saberse de ella, un señor es “levantado”, escondites que mientras van creciendo se convierten en fosas.
Saber a partir del momento en que Juana desaparece que el miedo puede transformarse en terror y luego en juego…
Un sobresalto, el ruido, un traqueteo, no atreverse a respirar.
– “Sé que estás ahí, te vas a morir.”
– “Sé que estás ahí…”
¡Lotería! Llegan las cosquillas, las carcajadas, pero el miedo sigue ahí, transformado en otras cosas – dejaríamos de ser nuestro propio estereotipo, si así no fuera – lo que nos aterra, lo mismo ocurre con la muerte, lo incierto y lo que nos duele, pierde fuerza si se le niega, si se le satiriza…
Esconderse en zanjas a la menor provocación para evitar que “se las lleven”, como un destino natural, como una sentencia de muerte en vida.
Noche de fuego es la indiferencia social hacia el grito desgarrador de las poblaciones arrasadas por la violencia, el narcotráfico y la negligencia, es el llanto de las familias dejadas a su suerte por los que se van para conseguir “una vida mejor” y que en el proceso se olvidan de las vidas que dejan aquí – familias, mujeres, hijos e hijas incluidos, – es una denuncia de las ganas de no tener ganas de salir corriendo a cada momento y desaparecer.
Ana, María, y Paula saben que cuando se vive en un lugar sin opciones, la única posibilidad es dejar de existir, normalizar protegerse para que “aquellos” no vayan a arrancarlas de sus familias, vivir en bajo perfil y evitar llamar la atención. ¿Te suena familiar? Si es así, seguramente eres mujer.
El cuerpo como un territorio político, un botín de caza y una eterna incertidumbre es posible. Atentar contra la identidad y muchas otras cosas que pueden estorbar en el intento.
El cultivo de la amapola como forma de subsistencia, como única opción, como un ticket de protección en el que el silencio, y el miedo habitan todo el tiempo.
Tatiana Huezo y la certeza de que lo que no se nombra también existe, y que en su negación se vive de manera sofocante, de manera opresiva, aunque de repente decidamos sonreír.
Un día cualquiera, de un mes cualquiera, de un año cualquiera, nada vuelve a ser igual. Se pierde la inocencia.
La música se muere y aunque se vuelva a tararear una antigua canción, la paz no llega, la paz se ausenta, zozobra eterna, sin tregua, sin final…
Recomiendo ampliamente verla.
Paloma Cuevas R. Mujer y madre. Femenina cuando le da la gana. Amante declarada de México, el mezcal, el buen café y la verdad sin anestesia. Humanista, sapiosexual, docente durante más de 22 años, filósofa, columnista, escritora y locutora en temas de Cultura, Política y Erotismo.
Fundadora de #ProyectoÍtaca plataforma política y cultural. Locutora titular de #ProyectoÍtaca en Cadena Radio Mx. Promotora y gestora cultural incansable. Presidenta de la Academia para el estudio y difusión de la obra de Dolores Castro, por la Ilustre y Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de México. Asesora del Consejo Ciudadano de Historia, Cultura e Identidad Mexiquense SOMEGEM.
Antologada en más de 50 títulos a nivel internacional. Ha publicado la plaquette de poesía “De amputaciones necesarias” y el poemario “Mujer en voz alta”.
Condecorada en 2020 con la Medalla y el Pergamino Leona Vicario. Secretaria Nacional de Cultura México para la Red Internacional de Mujeres Líderes en Acción (RIMLA Internacional). Integrante del Mapa Nacional de Escritoras Mexicanas Contemporáneas. Directora Mundial de Comunicación y Relaciones Públicas del World Poetry Fest, hasta 2020. Embajadora Estado de México de Fridas de Barcelona. Embajadora de la Red Naranja del Estado de México. Escudo de Plata 2021, para la UHE-PORTUGAL /Unión Hispano Mundial de Escritores, por México.