Por. Ivonne Melgar
Académica de la Universidad Juárez del Estado de Durango, enfermera y médico cirujana del IMSS, Margarita Valdez Martínez es una senadora que lleva a la tribuna del Congreso el pulso de lo que acontece en las instituciones de seguridad social.
Integrante de la Comisión Permanente que comenzará a sesionar en enero y férrea defensora de la Cuarta Transformación, la legisladora de Morena es también precandidata a la gubernatura de su entidad.
En entrevista, la parlamentaria lamenta que alrededor de la elección de Durango se hable de la disposición de sentarse a negociar con el crimen organizado como un atributo político y necesario para disputar el cargo de gobernador o gobernadora.
“Yo no negociaría con el crimen organizado la vida de ningún ciudadano”, sostiene.
Y considera que es triste que se dé por sentada la idea de que esa negociación resulta inevitable.
“Les digo: no entiendo qué debo negociar. ¿Cuánto me pueden matar diario?, ¿Eso es negociar con ellos? No. No entiendo de qué se trata negociar con el crimen organizado. Yo lo que les podría decir es no me maten a nadie, cabrón. No me dejen ni una viuda más…No me dejen huérfanos. Eso es lo que yo podría decirles”.
“Entonces, como yo no tengo ningún nexo, y dicen que se debe de tener… Bueno, pues yo no tengo. O sea, hay cosas que no tengo para ser gobernadora de Durango”, ataja.
“Creo que sí existieron las posibilidades hace unos meses. Por eso me inscribí (como precandidata) para que nos fuésemos a la contienda. Porque casi estamos seguros de que va a ser mujer…Puede ser hombre. Pero hay posibilidades, porque de 6 estados, 3 serán hombres y 3 mujeres. El mismo presidente López Obrador ha dicho que si son 6 mujeres, qué mejor. O sea, no se limita a 3. Pero todavía vivimos en un ambiente muy patriarcal en todo México”, evalúa.
En entrevista, la destacada integrante de la Comisión de Salud en el Senado de la República e impulsora de iniciativas de ley en la materia, Margarita Valdez Martínez también se inconforma con el alegato de quienes pretendían etiquetarla como inexperta cuando llegó al Senado, en 2018, gracias a su triunfo en las urnas.
“A mí, cuando llegué al Senado, me decían usted es improvisada. No. No soy improvisada. Que no haya tenido puestos de elección popular, eso es otra cosa… ¿Por qué? Porque la corriente política en la que yo milito nunca había estado en el poder. ¿Cómo querían que yo llegará como senadora por Morena? ¿Habiendo sido regidora y achichincle de los priistas o de los panistas? Pues no ¿verdad? Tenía que llegar por este lado. Y eso es algo que me entristece, que todavía muchos hombres utilizan los puestos de representación popular para pagarles a las mujeres ciertas actitudes o favores. Creo que eso deberíamos de irlo erradicando todas”, señala.
LAS RAZONES DEL DESABASTO
La senadora Valdez ha sido activista del Sindicato del IMSS y del Sindicato de Personal Académico de la UJED, así como del Frente por la Defensa de la Autonomía Universitaria, la cual por una reforma legislativa se cercenó a la Universidad Juárez del Estado de Durango en 2010.
Al revisar la situación que guarda el desabasto de medicamentos, la legisladora alerta que es necesario atajar el robo hormiga que hay en las instituciones, sobre todo con los controlados y las vacunas.
Sostiene que el problema es la suma de diversas situaciones en los que también pesa el auge que en los años 70 y 80 comenzó a tener la medicina privada y la idea de que el medicamento que se compra en farmacias es mejor al que otorga una institución de seguridad social.
Señala que, en el Seguro Social, ISSSTE y Secretaría de Salud, “empezaron a hacerse mafias para controlar las instituciones y tener acceso a los recursos. ¿Qué quiere decir? Que el desabasto es una enfermedad crónica, añeja, que sí nos va a costar resolverla. Se necesita mucha voluntad política, pero sobre todo mucho control entre quienes fabrican, reparten y venden los medicamentos”.
Detalla que la falta de especialistas es grave en la República mexicana. “En Durango, teníamos o tenemos, porque no creo que hayan aumentado con la pandemia, de 3 a 5 neumólogos en todo el estado”, ejemplifica.
“En el ISSSTE en Durango, tenemos un desabasto de medicamentos contra el cáncer. Los pacientes me fueron a buscar para decirme que en la farmacia del ISSSTE no está el medicamento, pero que se los venden en 35 mil pesos, 15 mil pesos más barato que en una farmacia privada, en tal dirección, de tal colonia. ¿Cómo llegó a esa casa el medicamento?
Pues porque hay un contacto de un familiar de otro que trabaja en el ISSSTE. Hicieron una supervisión y me dijo el director del ISSSTE que efectivamente encontraron muchas anormalidades”, cuenta.
Para la legisladora morenista resulta urgente poner solución a estos problemas y hacer consciencia de que ese tipo de robos no pueden seguirse dando.
Cuestionada sobre la viabilidad de que sean elementos de las Fuerzas Armadas los que participen en atender el desabasto, la exmilitante del Partido Socialista Unificado de México y de las juventudes del Partido Popular Socialista, formada en las luchas con campesinos, trabajadores y pescadores que lidereó Alejandro Gascón Mercado, relata la vivencia duranguense en la reconversión hospitalaria durante la emergencia sanitaria:
“El mismo personal médico me hablaba y me decía, mientras estuvieron los militares, este hospital funcionó: nadie llegaba tarde, nadie llegaba mal uniformado, los de intendencia no se hacían pato con la basura. Todo al tiro cuando estuvieron. Y se fueron los militares, porque los médicos dirigentes protestaron. Eran médicos militares, personal militar, enfermeras. Yo, por ser de izquierda, pues tradicionalmente no queríamos a los militares, porque también hicieron muchos desmanes: violaban y esto y lo otro, y mataban y cómplices de los matones”, pondera.
Pero considera que se necesita poner orden y ponerle un hasta aquí a robo.
Convencida de que la medicina preventiva debe ser el eje articulador de la estrategia de salud de la Cuarta Trasformación y de la urgencia de incrementar el porcentaje del PIB al sector, la senadora Valdez apuesta por comenzar ya a hablar en serio de que éste debe pasar de 2. 9 por ciento a 8 por ciento y después al 12 por ciento.
De la situación de su entidad, cuestiona la gestión del gobernador saliente, José Rosas Aispuro, pues sus resultados dejan mucho qué desear ante las expectativas que generó.
“No se logró nada: los caminos de la sierra de Durango están destrozados; la gente se muere en los caminos, porque no puede sacar a sus enfermos, un picado de alacrán, un mordido de víbora… Y si el puente está caído, no pasas. No se ha hecho un kilómetro más de carreteras, no se hizo un hospital más, se abrió el hospital de Gómez Palacio, que lo habían dejado entre los tres a medias, por el apoyo federal.
“En el ISSSTE podemos estar a 40 grados de temperatura, en Gómez Palacio y no hay aire acondicionado, el drenaje de la clínica del ISSSTE no funciona, los elevadores de la clínica de Durango están parados y hay que subir a los pacientes en brazos… No le echan ganas.
“Se les debe a todos los maestros sus quincenas, los trabajadores del INSABI son corridos y las pocas plazas que mandan de acá son para los familiares de los amigos, de los parientes, de los demás…”, describe.