El Congreso de Chile aprobó el pasado martes la ley de matrimonio igualitario, que incluye la adopción de menores, tras un último trámite en la Cámara de Diputados, dando un nuevo paso contra la discriminación y sellando una larga lucha liderada por organizaciones de los derechos homosexuales.
Tras su aprobación más temprano en el Senado, la Cámara de Diputados resolvió votar inmediatamente el proyecto que equipara derechos y obligaciones independientemente del sexo de las personas que conformen el matrimonio, adoptando la iniciativa por 82 votos a favor, 20 en contra y dos abstenciones.
Ahora debe ser promulgado por el presidente conservador Sebastián Piñera, quien decidió en junio pasado -pese a no estar en su programa- acelerar el trámite del proyecto en el Congreso, donde el texto se encontraba desde 2017.
“Estoy tremendamente conmovida. Me cuesta un poquito mantener la compostura. Ha sido una carrera de varios kilómetros”, dijo visiblemente emocionada Isabel Amor, directora de la Fundación Iguales y quien presenció en las tribunas del Congreso la histórica votación.
Los activistas presentes en el hemiciclo celebraron con entusiasmo la votación y desplegaron pancartas y una bandera arcoíris en la sala. Con esto, Chile se convierte de esta forma en el noveno país de América en legalizar el matrimonio igualitario después de Canadá, Estados Unidos, Costa Rica, Ecuador, Colombia, Brasil, Uruguay y Argentina. En México es legal en 18 de los 32 estados.
Canadá fue el primer país de América en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, en junio de 2005. En Estados Unidos, no fue hasta junio de 2015 cuando el Tribunal Supremo legalizó el matrimonio gay en todo el país, mientras que 14 estados de los 50 lo prohibían.
OTRAS NACIONES
En 2019, el primer matrimonio entre personas del mismo sexo de la historia de Estados Unidos (1971) fue validado oficialmente tras una batalla legal de casi medio siglo. El registrador de Minnesota que llevó a cabo la unión en ese entonces no se dio cuenta de que la pareja era del mismo sexo.
En América Latina, el matrimonio para todos es ya legal en seis países: Argentina desde julio de 2010, Uruguay, Brasil, Colombia, Ecuador desde 2019 y Costa Rica desde 2020.
La Ciudad de México fue la primera de América Latina en permitir las uniones civiles entre personas del mismo sexo, en 2007. Luego, en 2009, legalizó el matrimonio, que se ha ido permitiendo gradualmente en 18 de los 32 estados mexicanos.
Cuba, ante el rechazo de una parte de la población y de las iglesias católica y evangélica, renunció a incluir el matrimonio gay en su nueva Constitución aprobada en 2019. Hace unos meses, se creó en la isla una comisión para redactar un nuevo Código de la Familia, que debería incluir el matrimonio homosexual antes de ser sometido a votación en la Asamblea Nacional y después en un referéndum nacional.
Del progreso en América pasamos a reconocer la iniciativa europea. En 1989, Dinamarca fue pionera en permitir las primeras uniones civiles de parejas homosexuales. Pero fueron los Países Bajos los que, en abril de 2001, se convirtieron en el primer país en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, otorgándoles más derechos.
Desde entonces, 16 países europeos han seguido su ejemplo: Bélgica, España, Noruega, Suecia, Portugal, Islandia, Dinamarca, Francia, Luxemburgo, Irlanda, Finlandia, Malta, Alemania, Austria, Reino Unido y, más recientemente, Suiza.
En tanto, las uniones civiles siguen siendo el único estatus permitido para las parejas del mismo sexo en Hungría, Croacia, Grecia, Chipre, Italia y la República Checa. En este último país, el proceso legislativo para permitir el matrimonio de parejas del mismo sexo está en marcha, pero su resultado es incierto.
Eslovenia, que reconoce la unión civil, rechazó el matrimonio gay en un referéndum de 2015. Estonia se convirtió en octubre de 2014 en la primera república exsoviética en conceder uniones civiles a los homosexuales. En Rumanía, donde el matrimonio gay no está permitido, un referéndum para consagrar la prohibición en la Constitución fue invalidado en octubre de 2018 debido a una gran abstención.
En Asia, los avances no han sido muchos. El Parlamento de Taiwán, uno de las pocas naciones asiáticas en aceptar las uniones de parejas homosexuales, legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo en 2019, dos años después de una sentencia histórica de la Corte Constitucional.
En Japón, donde el matrimonio homosexual sigue estando prohibido, el Tribunal de Distrito de Sapporo (norte) dictaminó en marzo de 2021 que el no reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo era inconstitucional, algo inédito. En Medio Oriente, cuyas sociedades son muy represivas, Israel es una tímida excepción. Aunque no es ilegal, el matrimonio gay no es posible en Israel por falta de una institución facultada para declararlo, pero se reconoce cuando se contrae en el extranjero.
En Oceanía, Nueva Zelanda legalizó el matrimonio gay en 2013. Australia permitió este tipo de uniones en diciembre de 2017, por votación del Parlamento. Mientras que en un continente africano donde una treintena de países prohíben la homosexualidad, destaca Sudáfrica, que ha legalizado el matrimonio gay desde 2006.
El 7 de diciembre será recordado como una fecha de celebración para la comunidad LGBTI en Chile, pero no todo es júbilo para los progresistas. Mientras que hoy se celebra este avance para la diversidad sexual, el mismo Congreso enterró la semana pasada una ley que despenalizaba el aborto hasta las 14 semanas de gestación. En el país solo está permitido en tres causales: inviabilidad fetal, riesgo de vida para la madre y en caso de violación.
AFP