Por. Marissa Rivera
Cuando los expertos advirtieron riesgos, el “especialista en enfrentar el Covid” los minimizó.
También dijo que sería una catástrofe para México la muerte de 60 mil personas por el virus. Pero llevamos 294 mil 246 decesos (cifra oficial). Es decir, casi cinco catástrofes, según los pronósticos de Hugo López-Gatell.
Una vez más los especialistas han anunciado dos temas inevitables, la llegada de la cuarta ola de contagios y muertes y, la entrada al país de la variante Ómicron.
La primera ya la conocemos ocurrió el año pasado. Es un cóctel, bajas temperaturas, fiestas, ausencia de cubrebocas y de sana distancia, una sociedad relajada e irresponsable y por supuesto, un gobierno omiso que desde el inicio desdeñó el problema que ya ha costado muchas vidas.
La segunda, la nueva variante llamada Ómicron, ha provocado alertas en todo el mundo. Algunos han extremado las medidas, incluso han anunciado el cierre de fronteras y están a la expectativa.
En México vamos en sentido contrario. Ante las alertas, el gobierno ha pedido mesura. Como si fuéramos inmunes. De hecho, calificaron el cierre de fronteras como una medida efectista.
Obviamente no se trata de generar pánico y volver a cerrar todo para evitar contagios, no. Pero tampoco estamos de fiesta.
Cuesta trabajo entender que el Presidente, añorando sus llenos masivos de plazas, convoque a una concentración para celebrar los tres años de su llegada al gobierno. Como si hubiera algo que celebrar y en momentos de la inminente llegada de una nueva ola de contagios.
Sin duda se trata de una terquedad más, quieren un Zócalo lleno. Sabemos que es su pasión, las masas, hablarle al pueblo, a los mismos que según él se dirige todos los días en sus mañaneras.
Quiere reconfortarse con una Plaza de la Constitución atestada de gente. Porque es ineludible que así será con acarreados y simpatizantes.
AMLO quiere mostrar el poder a sus “opositores”. Pero ¿qué necesidad? Todo México sabe que él es el único que llena las plazas y las encuestas.
Es absolutamente irresponsable que el Presidente llame a sus huestes a congregarse sin pedirles medidas extremas como el uso de cubre bocas, sana distancia, gel sanitizante.
Dijo que “no es obligatorio el uso de cubrebocas” porque su gobierno no es autoritario. Frase populachera que solo provoca hilaridad. ¿En serio, no es un gobierno autoritario?
Actualmente solo la mitad de los mexicanos están vacunados con el cuadro completo. Es decir que el 50 por ciento está en mayor riesgo que los vacunados. Pero primero la celebración y luego la vacunación.
Recibiremos la cuarta ola de Covid descobijados. En las últimas tres semanas la aplicación de vacunas ha sido de 200 mil dosis diarias a pesar de que hay más de 40 millones de vacunas almacenadas.
No se inmunizan a niños y aún no hay programa de refuerzos como los que ya se aplican en otros países.
Afortunadamente y a regañadientes ya comenzó la vacunación de la población entre 12 y 17 años, sin comorbilidades.
Si el gobierno no hubiera centralizado la vacunación, muy probablemente la mayoría de los mexicanos ya tendría por lo menos su doble dosis.
El presidente no quiso y llegamos a una cuarta ola con millones de vacunas almacenadas y millones de mexicanos en riesgo.
Ómicron aún está lejos de México, pero pronto llegará, ningún país está exento.
Se sabe poco de la nueva variante, que es más trasmisible y más contagiosa, pero no sabemos qué tan agresiva es.
Nadie nos va a cuidar. No seamos negligentes, no bajemos la guardia y si hoy vas al Zócalo, sé responsable, usa cubrebocas, porque sana distancia, simplemente no habrá.