El hospital Brigham and Women’s (BWH, por sus siglas en inglés) anunció recientemente que está listo para comenzar un ensayo clínico que probará la seguridad y eficacia de una vacuna contra el alzhéimer que se administra por vía nasal. Este es el resultado de casi 20 años de investigaciones dirigidas por Howard L. Weiner, codirector del Centro Ann Romney para Enfermedades Neurológicas del BWH en Massachusetts, EU.
“El inicio del primer ensayo en humanos de una vacuna nasal contra el alzhéimer es un hito notable”, aseguró Weiner. “Si los ensayos clínicos en humanos muestran que la vacuna es segura y efectiva, esto podría representar un tratamiento no tóxico para las personas con alzhéimer, y también podría administrarse temprano para ayudar a prevenir la enfermedad en personas de riesgo”, agregó.
El ensayo clínico contará con 16 participantes de edades entre 60 y 85 años y que padezcan de la enfermedad de Alzheimer sintomática en etapa temprana. Todos recibirán dos dosis de la vacuna nasal con una semana de intervalo.
Según el BWH, la vacuna utiliza el modulador inmunológico Protollin, un agente intranasal experimental que estimula el sistema inmunológico y que se compone de proteínas derivadas de bacterias. Este agente está diseñado para activar los glóbulos blancos que se encuentran en los ganglios linfáticos y hacer que se trasladen al cerebro y desencadenen la eliminación de las placas de beta amiloide, una de las características fisiológicas distintivas del alzhéimer.
TRATAMIENTO DE OTRAS ENFERMEDADES
De acuerdo con Tanuja Chitnis, profesora de Neurología en el BWH y autora principal del ensayo, la investigación en esta área “ha allanado el camino para buscar una vía completamente nueva para tratar potencialmente no solo el alzhéimer, sino también otras enfermedades neurodegenerativas”.
El objetivo principal del ensayo en su primera etapa será, además de determinar la seguridad y tolerabilidad de la vacuna nasal, medir el efecto del Protollin en la respuesta inmune de los participantes mediante el examen de marcadores de superficie celular, perfiles genéticos y ensayos funcionales.
“El sistema inmunológico juega un papel muy importante en todas las enfermedades neurológicas”, explicó Weiner, y concluyó que “es emocionante” que después de 20 años de trabajo preclínico, finalmente se pueda “realizar este primer ensayo humano histórico”.
EFE