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Brinda UNAM ayuda psicológica

Miedo, tristeza, enojo, incertidumbre, ansiedad, depresión, frustración, son algunas de las emociones más frecuentes entre la comunidad universitaria y la sociedad en general, a partir del inicio de la emergencia sanitaria, por lo que la Universidad Nacional Autónoma de México cuenta con opciones de atención a la salud mental.

Lo anterior se dio a conocer durante la “Jornada Virtual de Humanidades ¿Y mis emociones qué? Bienestar emocional y salud mental en tiempos de pandemia”, organizada por la Facultad de Psicología (FP) y la Dirección General de Divulgación de las Humanidades, a través del Museo de las Constituciones y la Casa de las Humanidades.

De acuerdo con la académica de la FP, Alejandra López Montoya, reconocer que los sentimientos son válidos nos ayuda a entenderlos mejor. Recalcó además que el confinamiento no es aislamiento y el regreso a las actividades no es exponernos.

Sabemos que estar en lugares cerrados, con muchas personas, sin ventilación, sin cubrebocas, es un riesgo. Pero si se toman las medidas sanitarias se puede interactuar con los demás.

Es natural que con la aplicación de vacunas y saber que los contagios se reducen, comencemos a tener una visión de esperanza y tranquilidad, pero al mismo tiempo surge la baja percepción del riesgo. De ahí la importancia de empatar ambos aspectos.

En la sesión, la moderadora y secretaria técnica de la Coordinación de Centros de Formación y Servicios Psicológicos de la FP, Sandra Ferrer Reyes, recalcó que en la atención trabajan de forma colaborativa las diferentes instancias universitarias.

La psicóloga egresada de la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza (FESZ) y participante en el Programa de Atención Psicológica a Distancia de la UNAM, Stephania Vianey García Campos, explicó:

Para recibir la atención se requiere responder el Cuestionario para la detección de riesgos a la salud mental COVID-19, en la plataforma UNAM-Salud Mental.

“Nosotros nos comunicamos con las personas que lo soliciten y les brindamos una intervención breve, de orientación, o un poco más larga, con sesiones semanales de aproximadamente una hora, con la supervisión de especialistas”, detalló.

De acuerdo con su experiencia en talleres, relató que el servicio forma redes de apoyo donde los participantes se sienten acompañados al ver y escuchar a otras personas que viven situaciones similares, quienes también sobrellevan pérdidas. “Hay que quitar el estigma de que eso es para gente ‘loca’ o con problemas muy grandes, porque no es así; si alguien se siente triste sin saber por qué, es importante atenderse”.

Durante la pandemia, resaltó, se presta mayor atención a la salud mental. “Nos dimos cuenta que la tenemos ahí y que debemos cuidarla; antes nos enfocábamos en otros aspectos -laborales, escolares- pero cuando de pronto todo se detuvo, nos quedamos a solas con ella”.

Aunado a la plataforma, abundó la también psicóloga egresada de la FESZ, quien formó parte del Programa de Formación para la Intervención Breve en Salud Mental de la FP, Miriam Victoria Cano Alatorre, se cuenta además con el Programa de Atención Psicológica a Distancia, que incluye apoyo vía telefónica, de lunes a viernes de 9:00 a 18:00 horas.

“Se trata de una atención de primer nivel donde se da una consejería breve y, de ser necesario, se deriva a la persona a otros servicios de la UNAM o fuera de ella”. En este caso se busca ayudar a aplicar herramientas para tener un control emocional adecuado, sostuvo.

Asimismo, en los Centros de Formación y Servicios Psicológicos de la FP se imparten talleres gratuitos y abiertos al público, mediante los cuales se atienden diferentes problemáticas en materia de emociones y autocuidado. Debido a la contingencia sanitaria, se extiende la atención, a través del Cuestionario y el Programa, refirió.

Cano Alatorre también manifestó que cuando alguien se siente emocionalmente mal surgen frases como “no te sientas triste” o “va a pasar”, pero eso le produce un sentimiento de soledad, porque siente que la otra persona no la escucha. Lo importante es expresarle: “estoy aquí para ti”, “no voy a juzgar cómo te sientes” y “voy a escuchar lo que me digas y te voy a apoyar en evaluar las diferentes opciones que tienes para solucionar el problema”. Hay que ser un compañero, más que un guía.

Acompañamiento

Por su parte, Erick Altamirano Ángeles, también egresado de FESZ y quien forma parte del servicio social en el Programa de Formación para la Intervención en Salud Mental, recordó: ser positivo no tiene que ver necesariamente con estar todo el tiempo feliz o animado, sino tomar un momento para expresar cómo nos sentimos y ver qué podemos hacer al respecto. “Eso es lo que se puede obtener al acudir a los servicios que ofrece la Universidad”.

Destacó que en ocasiones, cuando una persona se da la oportunidad de acudir a terapia, algo de lo que aprende se comparte con las personas cercanas y puede venir un cambio en el paciente y en quienes lo rodean.

Dónde acudir

La UNAM ofrece ayuda psicológica mediante la plataforma saludmental.unam.mx, donde está disponible el Cuestionario para la detección de riesgos a la salud mental COVID-19.

Asimismo, se cuenta con las múltiples opciones que brindan las entidades universitarias: facultades de Estudios Superiores Iztacala, Zaragoza, Aragón, Acatlán y Cuautitlán, así como las de Medicina y Psicología, junto con la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia, y la Dirección General de Atención a la Salud.

El número del Programa de Atención Psicológica a Distancia de la UNAM es: 55 50 25 08 55.

Equilibrio en nuestras emociones

Desde que nacemos y a lo largo de la vida, los seres humanos tenemos emociones que condicionan nuestro sentir y con frecuencia, nuestro actuar; por ello, equilibrarlas y aprender a vivir con ellas es fundamental para mantener una adecuada salud mental, afirmó la académica del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, Mariana Edith Rodríguez Lugo.

Cada una que sentimos tiene doble función, por ejemplo el amor es un vínculo de sobrevivencia que apasiona y nos mantiene vivos para preservación de la especie, cuidado de una persona, grupo, cosa o idea; pero a la vez nos puede obsesionar y hacer que dependamos de algo o alguien para ser feliz.

La tristeza nos lleva a la reintegración, la valoración, el aprendizaje y a pedir ayuda; al mismo tiempo implica autocrítica destructiva, donde solamente vemos los aspectos desfavorables de una situación y puede alejamos de las personas, explicó la psicóloga y doctora en tanatología.

El enojo, por su parte, es una autodefensa que nos lleva a tomar decisiones y a proteger a nuestros seres queridos; también nos empuja a la impulsividad, a ser violentos, frustrarnos, lastimar a los demás y arrepentirnos, dijo.

Rodríguez Lugo participó con la plática “Emociones y salud mental” en las Charlas de Educación para la Salud, organizadas y presentadas en línea por el Programa Universitario de Estudios de la Ciudad (PUEC) de la UNAM.

Ante el titular del PUEC, Javier Delgado Campos, quien fungió como moderador, la especialista señaló: cuando tenemos alegría sentimos una sensación de bienestar, nos liberamos de tensiones; somos agradables a los ojos de otros, proclives a la reproducción de la especie, sociables; se reduce la posibilidad de agresión, además de que potencializamos el aprendizaje. Pero a la vez no medimos los riesgos, estamos distraídos y podemos ser poco empáticos y acceder al consumo de sustancias tóxicas.

En tanto, cuando tenemos miedo nos podemos sentir paralizados y catastrofistas, nos preocupamos en exceso, vemos lo peor, escapamos y sobrepensamos las cosas; a la par nos protegemos y salvaguardamos para sobrevivir, estamos alerta y prevenimos riesgos.

La especialista comentó que existen varias formas de regular las emociones: aprender a nombrarlas, identificar el nivel de intensidad, ubicar las experiencias fisiológicas que ocasionan, aceptar y no huir de ellas, evitar la experiencia de vivirlas, así como no intentar suprimirlas.

Entre los factores que dificultan la regulación emocional, mencionó la biología (que ocasiona ciertas reacciones físicas asociadas a emociones), estado de ánimo prolongado, sobrecarga emocional, falta de habilidades para regularlas, saturación de sentimientos, pensamientos y sensaciones que derivan en agotamiento mental y físico.

Rodríguez Lugo señaló que la salud mental, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, es “un estado de bienestar en el cual la persona es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar en forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

 

UNAM

 

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